Un ramal descendente del chorro polar cambiará el tiempo de forma radical en toda España

Durante gran parte de esta semana el calor sofocante, más propio de la canícula que de mediados de septiembre, está dominando la situación meteorológica en buena parte de España. Este martes, algunos observatorios de la Aemet en Badajoz, Córdoba, Huelva o Sevilla llegaron a registrar temperaturas cercanas o superiores a los 39 ºC, con previsiones que apuntan a que mañana será probablemente la jornada más cálida de este episodio.

Tal y como señalan desde Meteored, esta situación responde a un patrón atmosférico de NAO+, con borrascas circulando por latitudes muy altas mientras una masa de aire anómalamente cálida para estas fechas se expande sobre la Península. Todo ello es reflejo de un chorro polar muy intenso y sin apenas ondulaciones en el Atlántico norte, aunque el escenario dará un vuelco radical a partir del fin de semana.

El cambio comenzará a notarse desde este jueves, cuando el chorro polar recupere una configuración más ondulada. Según la mayoría de los escenarios, desde el viernes el anticiclón se alargará de sur a norte en el Atlántico, orientándose hacia Islandia y generando una cresta que situará a la Península y Baleares bajo un ramal descendente de la corriente en chorro. El modelo europeo incluso contempla la formación de un bloqueo en omega, con centros de altas presiones entre las islas británicas e Islandia. Esto favorecerá la llegada de una vaguada por el flanco oriental de la dorsal anticiclónica, que acabaría extendiéndose hacia el oeste de Europa y afectando también a nuestro país.

El escenario más plausible hoy apunta a la gestación de una borrasca fría en el seno de esa vaguada, posicionándose entre las islas británicas y la Bretaña francesa entre el domingo y el lunes. Lo que sí parece seguro es que el role de vientos abrirá la puerta a una masa de aire polar que entrará primero por el noroeste el sábado y después se propagará al resto del territorio, provocando un desplome térmico generalizado.

Las consecuencias de esta irrupción serán notorias: en muchas zonas del norte y del interior, las máximas caerán entre 15 y 20 ºC en apenas 48 horas respecto a los valores alcanzados a mitad de semana. De este modo, el otoño astronómico hará su entrada en España con un giro drástico que incluso podría dejar nevadas en las cumbres de las principales cordilleras septentrionales y en Sierra Nevada.

Entre el sábado y el lunes, un frente recorrerá la Península y Baleares de oeste a este, reactivándose al encontrarse con aire frío en altura. Se prevén lluvias localmente muy intensas, sobre todo en el Cantábrico oriental, Pirineos, noreste peninsular y Baleares, donde las tormentas podrían ser organizadas y venir acompañadas de fenómenos adversos. Por el contrario, el suroeste y Canarias permanecerán al margen de este episodio de inestabilidad, de acuerdo con las proyecciones del modelo europeo.