El acopio de almendra de EE.UU. amenaza la rentabilidad de la nacional: «Nos tiran el precio»

La incertidumbre acecha a los agricultores incluso cuando reciben buenas noticias. Las principales organizaciones profesionales agrarias y Aeofruse (Asociación Española de Organizaciones de Productores de Frutos Secos y Algarrobas) han celebrado la estimación de la campaña de almendra 2025/2026, en la que esperan un aumento de un 34 % de la producción respecto a la media de los últimos cuatro años.

El dato, que refuerza las expectativas en uno de los productos que más ha crecido en España en los últimos años, se topa con la sombra de una importación masiva que a su juicio pone en duda la rentabilidad de su cultivo.

Uno de los principales inconvenientes que denuncian los productores de almendra a su actividad, que acapara el 85 % de la superficie total de frutos secos cultivada en el país, es la entrada de producto desde Estados Unidos «a bajo precio y de peor calidad» que hunde el valor de sus frutos.

«Los operadores temen un sobrecoste por la imposición de aranceles de EE.UU., por lo que en lo que se toman las decisiones hay un acopio que provocará la caída en picada del precio de nuestro producto cuando entremos en mercado», indica en conversación con El Debate Armando Boullosa, responsable de la sectorial de frutos secos de AVA-Asaja.

La pausa de 90 días para aplicar los aranceles anunciada por Donald Trump ha dado margen de maniobra a estas operaciones que lamentan desde las zonas productoras de España. «Por muy buena previsión que tengamos, si EE.UU. satura el mercado con su almendra nuestro precio cae», apunta Boullosa, que reclama acciones ágiles y eficaces desde la UE: «El comercio europeo tiene la peculiaridad de traer alimentos de otros países con estándares de calidad más bajos y promocionarlos. El consumidor debería saber de dónde vienen las cosas y cómo se hacen».

Antes del parón planteado por Trump, la UE se preparaba para lastrar con un arancel del 25 % a la almendra estadounidense, algo que rechazaban los productores españoles al entender que incentivaría a los importadores a adelantar sus compras de almendra californiana, provocando una sensación de exceso de oferta en el mercado interno, que servirá de caldo de cultivo para la especulación y para presionar a la baja los precios que perciben los agricultores españoles.

«Todo apunta a que la cosecha va a ser notablemente superior a la del año pasado, en la que no había prácticamente almendra y de poca dimensión, aunque por muy bien que pinte de cantidad, habrá que ver cómo de rentable va a ser. Casi parece que sale a cuenta más que no haya», señala resignado Boullosa.

En los tres primeros meses de 2025, España ha importado 33.452,38 toneladas de almendra, un 21,63 % más que las 27.504,46 toneladas de 2024, cuando se esperaba una cosecha inferior que la que se presupone para la campaña 25/26. El pedido a EE.UU en el primer trimestre del año ha incrementado un 18,61 %, de las 22.550,92 toneladas de 2024 a las 26.746,59 toneladas de 2025.

Un 79 % de la superficie de almendros en España son de secano, y del 21 % correspondiente a regadío, un 20 % de las hectáreas son menores de cuatro años. La superficie productiva para esta campaña es de 609.514 hectáreas, lo que supone un incremento de más del 10% respecto al pasado año y más de 56.000 hectáreas adicionales en producción, tanto de regadío como de secano en las distintas zonas, con especial relevancia porcentual en Murcia, Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha.

«Esta entrada de producción de nuevas plantaciones ha permitido compensar las dificultades productivas que se han dado: si bien las lluvias han sido beneficiosas para paliar las graves dificultades de muchas zonas de secano y mejorar las condiciones hídricas del suelo, han supuesto problemas durante la polinización y cuajado, reduciendo los rendimientos», recoge el comunicado conjunto de Asaja, COAG, UPA, Cooperativas Agro-alimentarias de España y Aeofruse con las previsiones de campaña 25/26.