Proceso de obtención de aceite de oliva en una almazara
La razón por la que el precio del aceite de oliva virgen extra se acerca al que no es apto para el consumo
El descenso del precio del aceite de oliva continúa. Después de cotizar por encima de los 9 euros en origen hace poco más de un año, el conocido como oro líquido acumula una semana más de bajadas, especialmente en su versión de mayor calidad, el virgen extra.
El Observatorio de Precios de Asaja correspondiente a la Semana 21, del 16 al 23 de mayo del 2025, muestra una pronunciada caída para el virgen extra, que reduce de manera considerable su margen respecto al aceite lampante, un jugo elaborado a partir de aceitunas de peor condición, con un alto grado de acidez y que no es apto para su consumo si previamente no se refina.
El aceite de oliva virgen extra se sitúa a 3,579 euros por kilo en origen, 0,14 euros por kilo más barato que siete días antes y solo 0,87 euros por kilo por encima del lampante.
«No es una cuestión de calidad, sino de oferta y demanda. Muchas veces los operadores necesitan lampantes y no hay tanto en mercado, y otras veces hay mucha disponibilidad y cae el precio», explica en conversación con El Debate Luis Carlos Valero, responsable del grupo de aceite de oliva de Asaja y experto de la organización en Bruselas.
El representante de la organización profesional agraria traslada que la tendencia del mercado evidencia que las empresas envasadoras han frenado su demanda: «Se han dado cuenta de que tienen suficiente virgen extra para acabar el año comercial (que finaliza en octubre) y probablemente no demanden más hasta que llegue el producto de la nueva campaña», apunta Valero.
El estrechamiento de precio entre el aceite considerado como la grasa vegetal más saludable y la variedad que requiere el refino para ser apta para el consumo nada tiene que ver con las preferencias de los consumidores y responde únicamente a las necesidades de los comercializadores: «La gente que está habituada al virgen extra no lo cambia, con la baja producción y los precios de los últimos años se seguía vendiendo», comenta Valero, que indica que solo en momentos donde la diferencia entre virgen y virgen extra es pronunciada los consumidores abandonan la segunda opción.
Después de varias campañas de bajos rendimientos, el olivar ha recuperado fuerza en 2025. Las lluvias y la climatología favorable dejan una producción en España, con datos a 30 de abril, de 1,4 millones de toneladas, un 65,3 % respecto a la misma referencia de 2024, convirtiéndose en la tercera más alta de la última década.
La mejoría en la cosecha ha provocado un cambio de tendencia que ha reducido un 54 % este precio en tan solo un año; sin embargo, en el olivar señalan a las importaciones de terceros países para hundir el precio del aceite nacional.
Los olivareros ponen en el foco a los comercializadores, a los que acusan de aprovechar momentos de buena producción en España para hacer acopio del producto externo, cuyo precio es inferior a los costes en las almazaras nacionales, y así provocar una distorsión para estimular más la oferta.
Valero destaca el crecimiento y el desarrollo de los olivares en lugares como Turquía, Túnez y Marruecos: «Turquía y Túnez están disparados», manifiesta el experto de Asaja, que cita los datos de la Comisión Europea que hablan de un incremento del 84,2 % y del 54,5 % respectivamente.
Entre enero y febrero de 2023 –año en el que desde el campo se habla de una cosecha desastrosa– España compró a Túnez 5.172,75 toneladas de aceite de oliva; mientras que en los dos primeros meses de 2025 ya ha importado 11.877,64 toneladas del mismo origen. Es decir, las compras al país africano han aumentado casi un 130 % en la referencia más reciente, según datos del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa a través de DataComex.