Lobos ibéricos en EspañaEuropa Press

El agujero millonario de las indemnizaciones por los daños del lobo: «Pagan un tercio de lo que nos cuesta»

Los ganaderos exigen que las compensaciones se adapten al valor real del mercado

La dentellada del lobo desangra a los ganaderos situados al sur del río Duero. El depredador mantiene desde 2021 su estatus en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre) –y así será hasta que el Gobierno de España aplique la disposición transitoria única que permite sacar al can de esta categoría en todo el territorio nacional–, por lo que el conflicto persiste en las ganaderías.

Ocho meses después de la modificación que ponía la gestión del lobo a tiro en toda España, las explotaciones de provincias como Ávila, Salamanca o Segovia, que en 2024 sufrieron el 60 % de ataques mortales a reses en Castilla y León –2.387 de 3.973 en toda la región–, sufren más que nunca la indefensión ante el Canis lupus Linnaeus 1758.

La desesperación acompaña a los ganaderos en su batalla diaria con el lobo, por lo que reclaman que al menos las indemnizaciones para aplacar esta problemática se adecúen al daño real para sus negocios. Joaquín Antonio, presidente de Asaja Ávila, denuncia en conversación con El Debate la falta de respaldo de la Junta de Castilla y León para que la mordida del lobo no sea letal: «Cada comunidad autónoma tiene en su mano fijar los baremos de indemnización por los ataques de lobo. En 2023 conseguimos, después de dos años, actualizar esa cantidad, pero tal y como está el ganado ese precio ya es totalmente irreal porque obedece a una negociación de 2021.Nos pagan un tercio de lo que nos cuesta».

El dirigente de Asaja condena la falta de acción del Gobierno regional, ya que que el consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, habría prometido en marzo que estos pagos serían más generosos. «Han pasado ocho meses y seguimos igual, todo se ha quedado en buenas palabras y en que los ganaderos sean los que soporten las andanzas del lobo», lamenta Antonio, que despieza cuál es el agujero real que causa este depredador en una ganadería de vacuno y cuánto cubre la Junta.

«Cuando un lobo mata a un ternero de menos de tres meses, la Junta indemniza con 680 euros por el valor del animal. No paga nada por lucro cesante (la pérdida de rendimiento futuro del rebaño). El valor real de mercado de un ternero pastero al destete se sitúa hoy en 1.500 euros, y el lucro cesante medio debería ser del 50 % del valor del animal, es decir, 750 euros adicionales. Por tanto, las pérdidas reales para el ganadero ascienden a 2.250 euros, mientras que la Junta solo abona 680 euros, apenas el 30 % de las pérdidas reales. Los 1.570 euros restantes los paga, una vez más, el ganadero», argumenta Antonio.

La sensación que traslada el portavoz de Asaja es que los ganaderos no pueden más: «Las pérdidas por los ataques de lobo son muy grandes. Esto es un cuento porque se ha modificado el Convenio de Berna y la Directiva Hábitats, pero el lobo sigue incluido en el Lespre al sur del río Duero y no se da oxígeno a los ganaderos. Lo normal en un país es que la directiva se transponga inmediatamente, menos en España. Ha pasado más de medio año y las explotaciones al sur del Duero siguen sin herramientas para defenderse del depredador que hace auténticas sangrías en las ganaderías».

Los datos que maneja la organización agraria apuntan que, solo en la provincia de Ávila, los lobos causan daños por valor de 4 millones de euros al año, con más de 2.000 animales muertos. «Pero los baremos que aplica la Junta en la actualidad apenas cubren 1 millón de euros. Es una tomadura de pelo», concluye Antonio, que tilda de inadmisible la discusión sobre la convivencia entre el lobo y la ganadería «cuando el equilibrio es inexistente y la protección del lobo es absoluta, mientras la protección del ganadero es nula».