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Apretón de manos

Un apretón de manosPixabay

¿Cómo es el apretón de manos perfecto según la ciencia?

Un profesor de Manchester calcula una fórmula matemática para lograr un saludo ideal

En las cuestiones físicas que implican sentimientos como un beso, un abrazo o un apretón de manos parece imposible pensar que exista una fórmula matemática que deduzca cómo sería ese beso, abrazo o apretón de manos perfecto. Pero existe.

Un profesor del departamento de psicología de la Universidad de Manchester, Geoffrey Beattie, calculó una en 2010 para poder concluir cómo de perfecto es un apretón de manos entre dos individuos. 

Para ello observó doce parámetros que tienen que ver con el momento del apretón de manos y los incluyó en su fórmula midiéndolos todos del 1 al 5: el contacto visual (e), el saludo verbal (ve), el agarre completo de la mano (cg), la sequedad de la mano (dr), la fuerza del apretón (s), la posición de la mano (p), el vigor (vi), la temperatura (t), la textura de la mano (te), el control ( c), la duración (du) y la sonrisa de Duchenne (D). 

Fórmula de Geoffrey Beattie 

Mediante el estudio realizado con voluntarios sometiéndoles a diferentes tipos de apretón de manos, Beattie concluyó que un buen apretón de manos no debe de durar más de 2 o 3 segundos, es mucho más satisfactorio si se realiza con la mano derecha y debe de ser un apretón firme, sin aplicar demasiada fuerza, a la vez que mostramos una sonrisa natural y mantenemos el contacto visual. 

Así mismo también se observó que el contacto con la palma de la mano que debe de estar seca y fresca y unas palabras apropiadas en el mismo momento de la acción son factores destacados para sentir satisfacción.

Un saludo milenario

El apretón de manos, tan extendido en el mundo de los negocios pero cada vez más arraigado también entre diferentes grupos de la sociedad europea, tiene su origen en la época prerromana y servía para sellar acuerdos de amistad entre personas o diferentes pueblos.

Posteriormente, el gesto fue acogido por los caballeros de la Edad Media a la hora de saludarse en aras de asegurarse que  el contrincante no podría aprovechar el momento para atacar puesto que se usaba la mano contraria al flanco en el que llevaban la espada.