La desempleada de 'MasterChef 10' se gana dos trabajos y un billete para la final

Patricia lo tenía claro. «Ni un niño de tres años lo haría tan mal», expresó antes de llevar el plato ante las narices de los tres chefs y del invitado Santiago Segura. En juego había –nada menos– una plaza en la final de MasterChef 10. A las puertas se quedó esta catalana que había sido repescada en la séptima gala. Los cuatro billetes para la final del próximo lunes en La 1 son, como estaba cantado por el desarrollo del programa en las últimas semanas, para María Lo, David, Verónica y Adrián.

Ostras a la Subijana

Para abrir boca, los aspirantes tuvieron que replicar dos platos de Pedro Subijana (3 soles Repsol) con la ostra como ingrediente principal, uno caliente y otro frío, que presentó como «un bombón de licor, pero con ostra». Dispusieron de las recetas, y de las cestas ya preparadas. Pero se trataba de un plato tremendamente publicado, «con más de cien elaboraciones», como dijo Verónica con una sonrisa en la boca.

La administrativa barcelonesa Patricia (32 años), que no sabía ni abrir las ostras correctamente, se equivocó al hacer el crujiente. Su plato lo bautizó como «sacrilegio», nombre que le hizo justicia.

Ya de entrada se vio que Patricia y el bilbaíno Adrián (28 años) eran los que más estaban sufriendo con tanta elaboración. «Lo siento. Me da vergüenza. Estoy frustradísimo», dijo el ex presidiario cuando llevó su plato a la mesa de los chefs. Como se temía, fue un desastre: presentó un plato incompleto y malo. El ex actor porno David (Madrid, 38) hizo un «buen trabajo» aunque tuvo «fallos de principiante».

La publicista salmantina Verónica falló en la emulsión pero lo demás «está muy bien», juzgó Subijana. Lo pasó muy bien cocinando, al igual que la metódica María Lo que lo tuvo todo bajo control, perfectamente organizado, desde el primer minuto. La desempleada gaditana (32 años) hizo una «réplica bastante precisa», juzgaron los chefs.

La mejor de la prueba fue María Lo. El éxito tenía premio: un contrato de un año en las cocinas del resort Catalonia Grand Costa Mujeres, en Cancún. Era el segundo trabajo que le salía en unos minutos, pues antes del inicio de la prueba Jordi Cruz le habría ofrecido un puesto en su restaurante ABaC.

Prueba de exteriores

La prueba de exteriores volvió a tener como escenario Madrid. Los aspirantes acudieron al Hotel Rosewood Villa Magna, donde elaboraron un menú diseñado por el chef Jesús Sánchez (3 soles Repsol), del restaurante Amós (Madrid) y El Cenador de Amós (Cantabria). Los comensales fueron treinta reputados cocineros afincados en Madrid que sumaban 25 soles Repsol, como Diego Guerrero (4 soles Repsol), Adolfo Santos (2 soles Repsol), Pepa Muñoz (1 sol Repsol) o Álvaro Castellanos e Iván Morales (1 sol Repsol).

La valoración fue individual, aunque los aspirantes se dividieron en equipos. El conjunto azul lo formaron María Lo (capitana por primera vez), Adrián y Verónica. El entrante (bombón de bocarte en vinagre y anchoa sobada en casa) y el segundo (lomo de merluza en salsa verde de clorofila de perejil y berberechos de la ría) corrió a su cargo. El trío funcionó como un tiro, y Jordi Cruz pronosticó algo insólito en el programa: les sobraría hasta tiempo. Fueron sobrados. Sirvieron dos platazos.

Mucho peor le fue a la escuadra roja que integraron Patricia y David. No había capitán designado, pero ese papel lo asumió el madrileño. Elaboraron el primero (cremoso de coliflor, encurtidos y jugo de cebolla reducido) y el postre (chocolate en texturas de café y sopa de cacao). A la catalana se le quemó el bizcocho varias veces: no acertó con las cantidades aunque se pasó la prueba calculándolas, planteando multiplicaciones en alto para que David se las resolviese. El madrileño se enfadó con Pepe Rodríguez, porque sintió que lo había ofendido: «Dijiste que no sé leer, que no sé escribir», reprochó al chef, antes de abandonar las cocinas. Le pudo el pronto.

María Lo fue elegida de nuevo como la mejor de la prueba y logró así el primer billete para la final.

Prueba final

En la última prueba de la noche, los delantales negros tuvieron que elaborar un postre creado por el maestro chocolatero Damian Allsop, el chocolatero de El Celler de Can Roca y Casa Cacao. En juego estaba el pase a la final para tres de ellos. El actor y director Santiago Segura, aspirante de Masterchef Celebrity 3, contempló el reto desde primera fila.

Al postre de Verónica le faltó crujiente, pero fue ese el único gran defecto. «Te haría la ola», dijo Segura ante la propuesta de David. Adrián falló en las partes más técnicas, se dejó el bizcocho crudo y su emplatado dejó mucho que desear, pero pasó el corte. Patricia se presentó rendida ante los chefs. Hizo la mitad de las elaboraciones que sus rivales: «Lo poco que hay está bien hecho», quiso consolarla Pepe Rodríguez.

No tuvieron que deliberar mucho los jueces. David fue el primero en subir a la galería. Lo siguió Verónica. El siguiente fue Adrián. Por tanto, fue Patricia la que se fue para casa. Antes de hacerlo, pronosticó que el reto final enfrentará a María Lo con David. Todo apunta a que así será. El próximo lunes lo sabremos. MasterChef 10 pondrá el punto y final.