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Marta Riesco ejerció de enviada especial a Roma para La Familia de la Tele

Marta Riesco ejerció de enviada especial a Roma para La Familia de la TeleTVE

La semana de la tele

Los informativos de TVE acusan a La Familia de la Tele pero callan con el sesgo de Intxaurrondo, Ruiz y Fortes

Los trabajadores de TVE han olvidado aquellos «viernes negros» como protesta por una televisión pública independiente. Nadie se viste de luto, ni lanza globos negros, siete años después. El Consejo de Informativos de TVE ha explotado de indignación, lanzando un duro comunicado contra la aparición de Marta Riesco, colaboradora de La Familia de la Tele, el show del corazón de las tardes de La 1, en la plaza de San Pedro del Vaticano con un micro de TVE.

El Consejo de Informativos de TVE «urge a la presidencia y al Consejo de Administración de RTVE a actuar para que el programa La Familia de la Tele no merme la credibilidad de nuestros servicios informativos ni perjudique nuestra imagen de marca».

El comunicado ha llegado en el momento en el que el programa de La Osa Producciones se tambalea entre datos paupérrimos de audiencia y contenidos calcados al desaparecido Sálvame de Telecinco.

Para el Consejo de Informativos de TVE «ni el tono ni la forma de este programa es lo que se espera de una televisión pública en un evento de esta importancia». Curiosamente, miran hacia otro lado y no critican el contenido de La Revuelta de Broncano con continuos pitidos para eliminar las barbaridades que dicen Grison, Brezos, Broncano y algún invitado, y que el espectador no se entere… aunque lo intuya.

El Consejo de Informativos de TVE ha decidido entrar en programas, pero tampoco respira de indignación cuando Mañaneros 360, con Javier Ruiz, cada día aparece en pantalla con un sectarismo progubernamental que indignaría a los periodistas del ente que un día se vistieron de luto, en sus «viernes negros». Le persigue la frase que lanzó en la cadena SER: «Es un gran bulo, un miedo infundado decir que España tiene riesgo de apagón». Ahora en la televisión oficial, sin disculparse, se ha producido ese apagón y se ha unido a las tesis de Sánchez: «echa las culpas a las eléctricas».

Tampoco el Consejo de Informativos ha prestado mucha atención a la puesta en escena del programa Malas lenguas, presentado por Jesús Cintora. El presentador, que se declara: «no comunista ni podemita» pero desde el minuto uno se ha cebado con el novio de Isabel Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, y muestra un claro servilismo a la información oficial procedente de Moncloa. Parece que su doctrina, de momento, no merece la atención del Consejo de Informativos, al que tampoco «molesta» la tendenciosidad a favor del Gobierno que muestra Silvia Intxaurrondo en La Hora de La 1. Esa indignación contra una colaboradora de Sálvame 2 por llevar el micro de TVE, para un programa de la propia televisión pública, se eclipsa con el silencio ¿cómplice? con el resto de informativos. Tiene la oportunidad de mostrar su independencia.

La semana televisiva ha estado eclipsada también por el estreno, tras dos aplazamientos, de La Familia de la Tele o Sálvame 2, un espacio polémico, casposo, retro y woke. Lo han camuflado entre dos series de éxito, para que logre algo de audiencia, pero la realidad es que lleva el mismo camino que Cintora en Malas lenguas.

El presidente de RTVE, Pablo López, ha repartido millones de euros olvidándose, o no mirando, los números negativos del ente público. Pagar más de cinco millones por recuperar Sálvame 2; más de dos millones para Jesús Cintora y sus Malas lenguas; más tres millones para Mañaneros 360 y Javier Ruiz; más de tres millones para Buenafuente y Futuro Imperfecto, es una forma de tirar la casa por la ventana… con fines políticos.

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