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Charlie Hunnam protagoniza la serie Monstruo: la historia de Ed GeinNetflix

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La historia real de Ed Gein, el mayor asesino del siglo XX que inspira la serie 'Monstruo'

Charlie Hunnam es el actor que interpreta al psicópata en la serie de Netflix

La espeluznante historia de Ed Gein, considerado el mayor asesino del siglo XX, ha llegado a la pequeña pantalla de la mano de la tercera temporada de Monstruo, de Ryan Murphy, protagonizada por Charlie Hunnam. No es la primera vez que sus crímenes inspiran a cineastas, pues ya ocurrió con La matanza de Texas y Leatherface o en Psicosis, con Norman Bates.

Una vez más, la realidad ha inspirado a la ficción y Netflix ha apostado por contar la historia de este asesino en serie que fue arrestado por primera vez en los años 50. La policía estadounidense entró en su casa tras la desaparición de una mujer a la que encontraron en el domicilio de Ed Gein decapitada y colgada de los tobillos. Y no solo eso, las autoridades descubrieron que el criminal, que padecía graves problemas mentales, tenía una colección de órganos y cráneos humanos para confeccionar ropa con piel humana y para tapizar muebles.

La espeluznante historia de Ed Gein

Edward Gein nació en 1906, en Wisconsin. Desde su infancia, el asesino sufrió maltrato por parte de su padre, que era alcohólico -y que falleció en 1940-, lo que supuso que estuviera muy unido a su madre. Además, en su adolescencia tuvo torpeza social, lo que supuso que no tuviera apenas contacto con personas de su edad.

Poco tiempo después de la muerte de su padre, la propiedad en la que vivía junto a su madre y su hermano se quemó. Tras ello, su hermano murió y, aunque en un comienzo se dijo que había sido debido a la inhalación del humo, finalmente algunas autoridades se llegaron a plantear que Ed lo había asesinado, ya que lo encontraron boca abajo en el suelo y asfixiado.

Madre e hijo se unieron más debido a estas dos pérdidas familiares. Sin embargo, en 1945 murió Augusta, su madre, y Ed Gein se obsesionó con leer sobre atrocidades de los nazis y sobre el canibalismo y empezó a robar tumbas de mujeres que habían sido enterradas recientemente. Según contó, estas mujeres se parecían físicamente a su madre y usaba sus respectivas pieles humanas para fabricar ropa.

El culmen llegó cuando en 1954 desaparecieron Mary Hogan -la dueña de una taberna- y Berenice Worden -propietaria de una ferretería-. Ed fue el último cliente de ambas y, durante un interrogatorio, confesó que las había disparado porque se parecían a su madre. Según contó, había robado sus cuerpos para hacer un abrigo de piel que le recordara a su madre, de la que seguía obsesionado aunque hubieran pasado diez años desde su muerte. Entonces, la justicia americana dictaminó que entrara en un hospital psiquiátrico en lugar de ir a la cárcel al ser diagnosticado de esquizofrenia.

Aunque en 1974 solicitó la libertad, finalmente no la consiguió y, aunque nunca fue juzgado ni condenado por el crimen de Worden, murió en 1984 un instituto de salud mental por un cáncer de pulmón.