Entrevista Iñaki Urdangarin
«Perdí a Cristina, el amor de mi vida», confiesa Iñaki Urdangarin a La 2 Cat
El repaso a su condena de seis años comienza cuando el abogado le llama para darle la sentencia
Iñaki Urdangarin Liebaert, exduque de Palma, ha repasado durante más de cuarenta minutos su paso por la prisión en el programa Plano Secuencia en La 2 de Cataluña.
La secuencia más llamativa ha sido cuando Iñaki se ha sincerado sobre su exesposa Cristina de Borbón. Habla de lo que perdió en la cárcel: «Materialmente, perdí todo lo que tenía. Y después hay una pérdida muy grande que es el amor de mi vida, Cristina. Fue un período muy duro, lo pasamos muy mal durante mi estancia en la cárcel y tuvo consecuencias, y me sabe mal porque es una mujer a la que quiero mucho».
Iñaki Urdangarin ha sido muy contundente con estas palabras. Curiosamente, no ha mencionado durante toda la entrevista a su actual pareja Ainhoa Armentia. La puesta en escena ha sido algo lúgubre. Jordi Basté, el presentador, lo ha llevado hasta una masía catalana y lo ha sentado en el comedor con una iluminación que recordaba las salas de interrogatorio de la policía. Excesiva oscuridad.
El repaso a su condena de seis años comienza cuando el abogado le llama para darle la sentencia: seis años de cárcel. Está en Ginebra con Cristina. Le dan cinco días para ingresar en la prisión de Brieva (Ávila).
«Mi primer día fue el peor. Todo lo que has intentado no ha servido. Te das cuenta de que esto se ha acabado. Comienza una etapa muy dura, muy larga, lejos de tus seres queridos… y todo se cae. No puedo explicarlo, pero el cierre de la puerta, quedarte solo, no tener teléfono, no tienes nada».
Los primeros meses de Urdangarin en prisión fueron terribles: «Esos primeros meses no lo hice bien. No estoy orgulloso de mi situación emocional. Lo pasé muy mal, negativismo total y preocupé mucho a la gente que tenía fuera. Lloré mucho, muchísimo. Todos los días. Y llegó un momento en que empecé a cuidarme. Una bicicleta fue milagrosa. Me salvó. Estaba muy jodido, muy jodido. Las tardes se hacían eternas, por eso decidí que la hora de la comida eran las cinco de la tarde. Entre el ejercicio y la lectura, llegaba cansado a dormir y eso me salvaba».
«Adornó» las paredes de su habitáculo con fotos de sus hijos, sus amigos y sentía que estaba más arropado. Está orgulloso de sus cuatro hijos: «Pablo en Barcelona, Juan en Londres, Miguel en Madrid e Irene en Inglaterra.»Mis hijos han sido un ejemplo del rol que debían hacer en el momento que su padre «desaparecía», sabían que el proyecto tenía que seguir adelante. «Estoy muy orgulloso de ellos». La cárcel ha cambiado la actitud de Urdangarin con sus hijos: «Era un padre controlador, muy rígido, siempre pendiente de ellos y al salir de la cárcel comencé a entender que es mejor aflojar, soy más comprensivo, los quiero muchísimo y valoro cada minuto que me dan a su edad». Pablo Urdangarin, que sigue los pasos de su padre en el balonmano, entra en directo y le explica a Jordi Basté que «es mejor padre que jugador de balonmano».
Su nueva vida profesional se desarrolla entre Vitoria y Barcelona. Un grupo de personas ha creado una empresa de coaching. En la cárcel hizo un máster de Estado Emocional, se sacó el título de entrenador de balonmano. No guarda rencor a nadie. «Se quedó dentro cuando cerré la puerta al salir de la prisión».
La primera vez que salió con un permiso de la prisión de Brieva: «Estuve mirando el paisaje, los árboles, la profundidad, el césped. Había tenido un muro delante y ahora tenía profundidad».