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John Deacon, a la derecha, bajista de Queen en una imagen de archivoAndre Csillag/Shutterstock/GTRES

El poder del bajo: cinco (más una) canciones que arrancan con los graves

El bajo quizá luzca menos en el rock, pero cuando se le da protagonismo, deslumbra desde la humildad

Al pensar en canciones de rock, lo primero que se viene a la mente de todo el mundo es un riff de guitarra pegadizo y una voz desgarrada que cante letras como la de Time is on my side de los Rolling Stones o Highway to hell, de AC/DC (por citar únicamente dos ejemplos de lo que sería una lista interminable).

La guitarra y la voz son las protagonistas indiscutibles de este género, sin duda, pero dentro de las bandas de rock hay un instrumento que suele pasar muy desapercibido. El bajo es, no obstante, el alma de una canción, la cuchara que hace que los ingredientes de una sopa musical se mezclen y funcionen.

La gravedad sonora y rítmica del bajo sostiene la arquitectura de una composición, conectando el tempo de la batería con la guitarra. El bajo es el cimiento invisible que soporta todos los himnos del rock and roll que todos hemos coreado. Y cuando el bajista es bueno, la canción brilla.

Aunque los riffs de guitarra dominan las intros de los temas de rock, hay algunos que se arriesgan a comenzar con uno de bajo. La selección que se ofrece a continuación enumera cinco (más uno) ejemplos de canciones que empiezan con los graves.

1. Another one bites the dust, de Queen

Era impensable no empezar con esta. Queen firmó el que quizás sea el solo inicial de bajo más famoso de la historia de la música. John Deacon tocaba con los dedos el punteo de bajo que todo el mundo ha tarareado alguna vez.

Es una de las canciones más célebres de la banda británica y, en este caso, toda la culpa es del bajo.

2. My friend of misery, de Metallica

Metallica publicó uno de sus álbumes más recordados a comienzos de los 90. El disco se conoce como Black album, aunque la carátula no da un título oficial. Era el segundo trabajo de la banda con su nuevo bajista, Jason Newsted, tras la muerte de Cliff Burton.

Su debut con Metallica fue en …And justice for all, con canciones en las que apenas se oye el bajo. Newsted se resarció con My friend of misery, uno de los solos de bajo más célebres del grupo. De hecho, el disco contiene The god that failed, que abre también con un punteo de bajo.

3. Walk on the wild side, de Lou Reed

Dos notas de bajo le bastaron a Herbie Flowers para firmar una de las líneas de bajo más importantes de la historia de la música. Fue para Lou Reed, en su segundo álbum en solitario, Transformers, de 1972.

En Walk on the wild side se puede oír incluso las vibraciones de la cuerda del bajo, que parece querer escapar del instrumento como si también hubiera escuchado la llamada de Reed para darse una vuelta por el lado salvaje.

4. Hysteria, de Muse

Las distorsiones de Muse, habituales en la voz y la guitarra de Matt Bellamy, se colaron en la línea de bajo de Chris Wolstenholme en Hysteria. La canción es un perfecto compendio de las características que han hecho que la banda británica triunfe.

Una melodía memorable, estridencias, una batería y una guitarra milagrosas y el virtuosismo de Wolstenholme en las cuatro cuerdas.

5. Longview, de Green Day

Dookie fue el álbum que encumbró a Green Day a lo más alto de la escena pop punk. Su estela, y la de The Offspring, fue seguida por multitud de grupos en los 90 y comienzos de los 2000. Y en la previa a la vorágine de su éxito, la banda dio protagonismo indiscutible a Mike Dirnt al bajo en Longview, uno de sus temas más emblemáticos.

La canción, que comienza estrictamente hablando con la batería de Tré Cool, es mundialmente famosa por su línea de bajo. En Dookie, además, Green Day se atrevió a arrancar otra canción con batería y bajo: She.

6. Under pressure, de Queen con David Bowie

Otra vez John Deacon entregando al público, con sus dedos desnudos sobre las cuatro cuerdas, uno de los punteos de bajo más célebres de la historia para arrancar una canción icónica en la que Queen colaboró con David Bowie.

Nada podía salir mal de esta excepcional conjunción de circunstancias, y todos, especialmente Bowie, brillan en este himno atemporal.