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Imagen de un hombre con expresión de no entender nadaGetty Images/ Deagreez

EL ESPAÑOL DESDE DENTRO

«Háblame en cristiano»: la expresión que empleamos sin saber su connotación religiosa

Surgió en la Edad Media durante el periodo de convivencia entre las tres culturas en la Península Ibérica: los árabes, los judíos y los cristianos

No hay español que no haya utilizado -o al menos oído alguna vez- en una conversación la expresión: «Háblame en cristiano» y sus sucedáneos como: «¿y en cristiano?» o «¡Esto no hay cristiano que lo entienda!». Los españoles la usamos para pedirle a alguien que se exprese de forma más clara, empleando un lenguaje sencillo, que sea entendible para ambos hablantes, cuando el que nos está hablando está utilizando un lenguaje lleno de tecnicismos o palabras de una jerga que desconocemos. Pero por qué decimos «en cristiano» cuando sería más coherente pedirlo de otra manera como: «No te entiendo. ¿Puedes explicarte con otras palabras?».

La expresión viene de siglos atrás. Tanto que hemos de remontarnos a la Edad Media, cuando en la Península Ibérica convivían en armonía los árabes, los judíos y los cristianos. Cada cultura tenía su propia religión, pero también su propia lengua, y eso creaba dificultades a la hora de entenderse. Los musulmanes hablaban en árabe; los judíos, en hebreo y los hispanos, en latín vulgar, que después pasó a ser castellano. A la lengua de los árabes se la empezó a conocer como «algarabía», por ser confusa para el resto y no entendible. Un término que hoy significa 'jaleo' y que la Real Academia Española (RAE) define como «ruido confuso de personas hablando o gritando todas a la vez». Por su parte, a la lengua que empleaban los cristianos se la comenzó a llamar «cristiano», identificando la lengua con la religión que profesaban. Así, «en cristiano» vino a significar «en español», tal y como recoge la RAE.

Grabado de la rendición de Granada en 1492Getty Images/ Uwe Zänker

La expresión perduró durante siglos y no cayó en el olvido, sobre todo porque sirvió para crear identidad de grupo y diferenciarse 'de los otros'. Cuando las cosas comenzaron a ponerse feas en la península y la convivencia entre las tres culturas dejó de ser buena, dada la cruzada abanderada por los reyes de los reinos católicos para expulsar tanto a los moriscos como a los judíos del país, la expresión cobró más fuerza. Se trata de un fenómeno natural que se llama etnocentrismo y que la RAE define como «tendencia a considerar superior el grupo étnico o la cultura a los que se pertenece y a convertirlos en modelo exclusivo de referencia». La Reconquista, que duró ocho siglos, desde la Batalla de Covadonga en el año 722 hasta la rendición del reino nazarí de Granada en 1492 y la posterior expulsión de los judíos, fueron las causas del surgimiento de esa necesidad de pertenencia a un grupo, y, por tanto, del etnocentrismo y de que la expresión fuese empleada como distinción.

La podemos encontrar en el capítulo 55 de la segunda parte del libro de Don Quijote de Miguel de Cervantes con ese mismo sentido cuando alguien desde el interior de una cueva a la que se asoma el ingenioso hidalgo dice: «¡Ah de arriba! ¿Hay algún cristiano que me escuche?».

Hoy en día la connotación cultural y religiosa se ha perdido, de hecho muchas personas que se declaran no seguidoras de la fe católica la emplean sin saber que en su día la religión cristiana tuvo todo que ver en su origen. Curiosidades del devenir de las lenguas.