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29 de marzo de 2024

'El 2 de mayo de 1808 en Madrid' o 'La Carga de los Mamelucos' de Goya

El 2 de mayo de 1808 en Madrid o La Carga de los Mamelucos de Goya

2 DE MAYO

'La Carga de los Mamelucos': la imagen de la España orgullosa y despierta que hoy duerme

El cuadro de Francisco de Goya, llamado originalmente El 2 de mayo de 1808 en Madrid, refleja una idiosincrasia nacional naciente y en la actualidad perdida

«Pepe Botella», José Bonaparte, el hermano de Napoleón, iba a ser Rey de España. El ambiente estaba más que caldeado. La indignación y el orgullo por la ignominia, por el insulto, crecían. Hacía un mes que Madrid estaba ocupada. Fernando VII negociaba la entrega sin condiciones, salvo las suyas, del país y de la ciudad. El pueblo no conocía los detalles, pero podía oler el hedor de la traición y sentir la ansiedad de la infamia a su alrededor.
Lo que pasó enfrente del Palacio Real aquel día fue la explosión de la mecha prendida al alcanzar el barril de dinamita que era el límite de la contención madrileña, unida por la patria y por la ira hacia los invasores. El 2 de mayo de 1808 en Madrid, conocido también como La Carga de los Mamelucos fue el cuadro donde el maestro Goya consiguió reflejar como sintiente mismo (lo mismo que en Los fusilamientos del 3 de mayo) el alma española despierta, ensoberbecida, que dos siglos después duerme mientras otra clase de mamelucos, esta vez paisanos, carga contra ella silenciosa, sin caballos y sin alfanjes.
'El 3 de mayo en Madrid' o 'Los fusilamientos del 3 de mayo' de Goya

El 3 de mayo en Madrid o Los fusilamientos del 3 de mayo de Goya

El mameluco central de la obra, el temible mercenario al servicio de los franceses, muestra el gesto del horror quizá nunca sentido ante la furia incontenible de los ojos del madrileño que apuñala, ciego, al guerrero egipcio. Apenas hay más ojos, más miradas, en la obra, «solo» la expresión de los cuerpos lanzados sin retorno contra el enemigo. Los cuerpos y las navajas o solo los cuerpos contra los hombres a caballo y armados. La dignidad extrema de unos ciudadanos, un espejo en que ya casi nadie se mira (y no se habla de la violencia, sino de la esencia) para reconocerse.
La Carga de los Mamelucos representa el comienzo de la Guerra de la Independencia contra Napoleón, el comienzo físico, estético e íntimo. Su por qué. Es una más de las muchas batallas de aquel día, Todas perdidas. Pero es la imagen de todas ellas. La sangre, el terror de los ojos, la locura en los otros... Qué extraordinaria pintura la mirada aterrorizada del mameluco central ante la locura y la rabia de la mirada del hombre que acribilla al jinete: el Romanticismo artístico que casi nace como el orgullo español que parece congelado en el óleo.

El corazón de un pueblo

Encerrados y silentes en el Museo del Prado (también en la piedra de su monumento) los espíritus de Daoiz y Velarde, tan denostados, tan relativizados en los nuevos tiempos donde se intentan apagar todas las mechas del individualismo entendido como motor del pueblo: el globalismo como la muerte del individuo y de la razón y también del arte. El cuadro que hay que recordar más de 200 años después de los hechos como la salvaje naturaleza olvidada que en su sustancia ha desaparecido del corazón de un pueblo durmiente en su complacencia a través de la cual han vuelto los nuevos mamelucos.
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