El penalti anulado por el VAR al Barça en el último minuto de la final

Se ha llegado a un punto en el fútbol actual en el que no hay partido sin polémica. Y en la final de Copa entre el Barcelona y el Real Madrid, que se disputa este sábado en el estadio de La Cartuja de Sevilla, la ha habido.

Corría el minuto 96 de la segunda parte cuando, en una de las últimas llegadas del Barça al área del Real Madrid, De Burgos Bengoetxea decidió pitar penalti a favor del conjunto azulgrana al considerar que Raúl Asencio había trastabillado a Raphinha dentro del área. El colegiado vasco lo tuvo muy claro y los miles de aficionados madridistas ubicados en uno de los fondos de La Cartuja se llevaron las manos a la cabeza.

Sin embargo, el árbitro principal de la final se echó la mano al pinganillo y pudo escuchar como González Fuertes desde el VAR le recomendó ir al monitor a revisar un penalti que, en opinión del colegiado asturiano, no podía ser señalado como tal.

De Burgos Bengoetxea se fue a la pantalla a volver a ver la jugada y pronto se dio cuenta de que la entrada de Asencio sobre Raphinha no existía y que el brasileño se había tirado a la piscina para hacerle creer al colegiado bilbaíno que el central canario sí le había hecho falta dentro del área.

El enfado del banquillo barcelonista fue considerable. Ese penalti hubiera supuesto, con total seguridad, el gol de la victoria del Barça, pero las repeticiones confirmaron que De Burgos Bengoetxea había tomado la decisión correcta en un momento de máxima tensión. Y como es lógico, la afición madridista celebró a lo grande que la acción no fuese señalada como penalti.