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04 de mayo de 2024

Benzema celebra un gol

Benzema celebra el primer gol en San MamésEFE

Athletic 1-2 Real Madrid

Dos goles de Benzema al inicio le dan la victoria al Madrid al término

Un trepidante  doble comienzo de los blancos tuvo una rápida respuesta del Athletic que al final no fue suficiente

Todavía estaba uno contando los nuevos jugadores del Madrid en San Mamés cuando Benzema disparó desde un lugar desde el que nadie nunca antes había disparado (ni siquiera se sabía que ese lugar existía) y del modo en que nunca nadie lo había hecho (Agirrezabala tenía cara de decir: «Dr. Benzema, supongo») para marcar el primero de los blancos en el minuto dos. Benzema desde las cataratas Victoria. Una cumbre de efectividad y de plasticidad. Una simplificación madura. Un nuevo modo de jugar al fútbol. Y todavía, otra vez, estaba uno viéndolo en sus recuerdos, casi soñándolo, cuando de nuevo Benzema marcaba por la derecha, cruzando el balón y desequilibrándose y cayendo de espaldas como un plomo. Como Tom Cruise en Misión Imposible, pero del revés y sin cable. 
Eso era el minuto ocho y con Karim volviendo de la enfermería hubo un tirazo de Sancet entre líneas que se fue mucho más allá de Courtois, y eso es irse verdaderamente mucho más allá, para acortar distancias. Tan sólo era el minuto diez y ya estábamos exhaustos. Tan exhaustos como Kroos pendiente de manejar el desbarajuste en el que Athletic se entonaba recorriendo todos los rincones del campo donde el Madrid se comportaba como un pequeño destacamento rodeado en tierra hostil. Una tierra vasta, una yerba vasta que Hazard aró un momento por la derecha antes de equivocarse en el pase definitivo.
Vinicius dio varias vueltas sobre sí mismo casi en los medios llevándose consigo a medio equipo rojiblanco para cambiar el juego a Lucas y aparecer de repente junto a él, y luego otra vez dando vueltas, merodeando el área por el lado contrario. Un trotamundos imperseguible que también dirige como Camavinga recupera y Mendy se adelanta. Parece que la velocidad de Hazard ha disminuido en la largura (no así en la explosión) con tanto leñazo y ahora trata de extender sus talentos en paredes vericuetas, de formas imposibles, casi tan histriónicas (aunque mucho más bonitas) que la interpretación de Marcelino en la banda, que parecía Harold Lloyd en aquella escena muda de las manijas del reloj. A Vinicius lo empujaron en carrera y luego Vencedor le volvió a empujar y les sacaron amarilla a los dos. A Vinicius y a Vencedor. Una amarilla contributiva. Cuando Vinicius se escapa da la impresión de que se le puede parar de cualquier modo, y que tenga cuidado, que la sanción que se olvida del contrario es la sanción que puede caerle al brasileño. Porque sí.

Tarde de verano

A Vinicius lo pitan en los campos contrarios y eso es una señal magnífica. Cómo no acordarse de cómo pitaban a Cristiano y de cómo Cristiano les respondía. La segunda parte empezó más tranquila, como si fuera después de comer en el pueblo una tarde de verano. La actividad local parecía centrarse en los bolos, que es como debían ver a los jugadores visitantes. Una actitud derribadora mucho más fea y rural, como de no querer ganar sino perder quejándose. Una ruralidad que contrastaba con el tacón cosmopolita de Karim para Hazard, que sigue recibiendo palos como una piñata sin que nadie haga algo al respecto.
Marcelino, el hombre mosca, dejó de jugar con las manijas y removió su equipo sin dejar de recordarle que no se olvidara de la leña. La deconstrucción que unos llaman construcción. Lo de Mendy y Camavinga es un protectorado francés. Fue bonito ver al león Raúl García perseguir a la gacela Vinicius por la sabana y a este recortarle sin saber que lo había hecho mientras García se deslizaba entre el polvo africano. Se habla poco de la gran defensa colaborativa del Madrid. A veces uno cree que es Nacho o Militao el que se faja al límite con los delanteros contrarios y resulta que es Hazard o Vinicius. La defensa colaborativa y la defensa artística que ejecutan el mismo Militao o el poderoso Mendy y que aquí apagaba a los atacantes encendidos. Una defensa constante madridista y un ataque constante rojiblanco. 
Pero bastaba darse cuenta para que se invirtieran los términos. Hazard casi lo consigue en una ocasión repentina que paró Agirrezabala como paró Courtois una temible infiltración de Williams. Eso fue casi todo, además de que hay plantilla y de la ovación local a Benzema.

Ficha técnica:

Athletic 1: Agirrezabala; De Marcos, Yeray, Núñez, Balenziaga (Lekue, m. 62); Zárraga (Williams Jr., m. 56), Dani García, Vencedor, Muniain (Serrano, m. 83); Iñaki Williams, Sancet (Raúl García, m. 62).

Real Madrid 2: Courtois; Lucas, Nacho, Militao, Mendy; Camavinga, Kroos, Valverde; Hazard (Peter Federico, m. 85), Vinicius (Mariano, m. 24), Benzema (Jovic, m. 89).

Goles: 0-1: Benzema (m. 2). 0-2: Benzema (m. 8). 1-2: Sancet (m. 10) 
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