Arda Güler se reivindica y comanda un nuevo triunfo del Real Madrid a las puertas de la final de Copa

No está viviendo una temporada fácil. No está jugando todo lo que él desea, pero Arda Güler tiene mucha calidad y cada vez que tiene la oportunidad de vestirse de corto la suele aprovechar, ya sea con buenos minutos, con asistencias o con goles. El centrocampista turco aprovechó la titularidad en Getafe y le dio una victoria vital al conjunto blanco que le sirve para mantener la distancia de cuatro puntos respecto al Barcelona (0-1).

El Real Madrid se presentó al duelo frente al Getafe con rotaciones, con un once titular marcado por el futuro más próximo, como es la final de Copa del sábado, pero, al mismo tiempo, sabiendo que el duelo era trascendental. La liga estaba al rojo vivo y los de Ancelotti no se podían permitir un pinchazo en el Coliseum, un estadio realmente complicado en el que es difícil puntuar.

El inicio de partido fue intenso y trabado. Es de sobra conocido el carácter guerrillero del conjunto azulón y en los compases iniciales del encuentro los pupilos de Bordalás lo demostraron. Los primeros 300 segundos dejaron un intercambio de golpes en los que Endrick y Domingos Duarte se las tuvieron tiesas.

El conjunto blanco tuvo muy claro cómo plantear el duelo frente al Getafe y cada vez que tenía el balón no le costaba demasiado acercarse al área. El problema es que en los metros finales siempre había un defensa azulón que frenaba en seco a los pupilos de Ancelotti. Por tanto, los blancos estaban obligados a buscar otro tipo de soluciones si querían marcar en la primera mitad.

Con el paso de los minutos, el Madrid se convirtió en algo más vertical y cuando se superó la barrera del 20', el equipo madridista cantó bingo. Y lo hizo gracias a un gran gol desde la frontal de un Arda Güler que estuvo rápido de reflejos. El turco se sacó un disparo que David Soria no logró palmear con la suficiente firmeza y el balón acabó en el fondo de las mallas. El Madrid dio el primer golpe y el banquillo lo festejó a lo grande.

A partir del 0-1, el plan de partido cambió, el Getafe sufrió algo más cada vez que el Madrid lograba llegar al área y los blancos estaban bastante más cómodos que en el inicio del duelo. La sensación en clave madridista era muy positiva y dos minutos después de traspasar la barrera de la media hora, Djené sacó un balón bajo palos que Endrick envió con toda la intencionalidad, que estuvo cerca de convertirse en el 0-2 y que casi provocó otra decepción a la afición azulona.

En la recta final de la primera mitad, todo siguió igual. El Madrid hizo más méritos que el Getafe por marcar un gol más antes del descanso, pero el marcador no se movió y la victoria momentánea se la llevó el conjunto blanco.

El Madrid cambia el plan

La segunda mitad arrancó con una novedad en el conjunto blanco. Alaba se quedó en el túnel de vestuarios, Camavinga entró en su lugar y el que pasó a acompañar a Asencio en el centro de la zaga fue Tchouaméni, que en los primeros 45 minutos había ejercido de pivote defensivo.

El que más necesidad tenía era el Getafe y los pupilos de Bordalás salieron con una cara radicalmente distinta. Los azulones mejoraron con balón y se lanzaron a ganarle los duelos a los futbolistas del Madrid. En definitiva, los 11 guerreros del 'Geta' ofrecieron una versión mucho más reconocible.

El Madrid retrasó la línea, se dedicó a resistir las embestidas de un Getafe que buscó con ahínco el 1-1 y tuvo claro que el contraataque iba a ser su arma en los segundos 45 minutos para buscar el 0-2, el gol de la sentencia y, por ende, el de la tranquilidad.

Sin embargo, ese tanto no terminaba de llegar. Los hombres de Ancelotti se estaban precipitando demasiado en los metros finales y eso, lógicamente, condicionaba el querer atar una victoria que no estaba para nada asegurada y eso dio alas al Getafe, que seguía confiando en rascar, al menos, un empate. Pero no fue posible y el Madrid logró irse de Getafe con tres puntos más a las puertas de la final de Copa frente al Barcelona.