El Atlético no falla en su visita a Montilivi y se va al parón navideño con buenas sensaciones

El Atlético de Madrid cerró el año con una victoria convincente en Montilivi, imponiéndose con autoridad en un encuentro que supo manejar de principio a fin. Los goles de Koke y Gallagher certificaron un triunfo que permite a los rojiblancos marcharse al parón navideño con confianza, buenas sensaciones y la certeza de que también pueden ganar lejos del Metropolitano.

Por segunda jornada consecutiva, al Atlético le tocó jugar a las 14:00. La semana pasada ante el Valencia le fue bien y los pupilos del Cholo Simeone querían repetir triunfo ante el Girona, un rival de la zona baja de la tabla y con necesidad de sumar para alejarse de los puestos de descenso, en Montilivi.

La puesta en escena del cuadro colchonero fue más o menos la esperada. Simeone recuperó a Marcos Llorente y Sorloth para la causa y los dos fueron directamente al once. El objetivo no era otro que ganar y el técnico bonaerense puso toda la carne en el asador.

El Girona de Míchel también quería jugar sus cartas y eso hizo que el inicio de partido fuera muy dinámico. Casi no se podía ni respirar y el Atleti necesitó poco para apretar al conjunto catalán. Las incursiones por banda de los atléticos fueron constantes, empezaron a hacer méritos para ponerse por delante y embotellaron al Girona en su área.

Y así se llegó hasta el 13', minuto en el que Koke, el gran capitán del Atlético de Madrid, se sacó de la manga un trallazo desde la frontal al primer toque ante el que Paulo Gazzaniga no pudo hacer nada. 0-1 e inicio inmejorable para los hombres del Cholo.

El gol le sentó bien al Atlético, pero el Girona no había dicho su última palabra. Quedaba un mundo por delante, los de Míchel tenían potencial ofensivo más que de sobra para lograr la igualada y, a través de Joel Roca y Tsygankov, el cuadro gerundense empezó a apretar.

Y así llegó la más clara del partido para los locales. Tsygankov colgó una falta al área, Vítor Reis remató y el rebote lo cazó Witsel, pero el zapatazo del belga fue frenado por Oblak, que sacó una mano antológica y evitó el 1-1. Menuda paradón que hizo el cancerbero esloveno.

Le estaba saliendo todo medianamente bien al Atleti. Sin embargo, en el 28' Nico González se llevó la mano atrás, notó un pinchazo y Gallagher entró en su lugar. El argentino se marchó del campo resignado y el conjunto colchonero consumió su primera ventana de cambios.

El inglés entró en banda izquierda y la apuesta le salió de maravilla a Simeone, ya que diez minutos después dobló la renta del Atlético con un disparo que tocó en Vítor Reis y se acabó colando en la meta de Gazzaniga. 0-2 y partido encaminado para los rojiblancos en un descanso que llegaría poco después.

Situación controlada

Tras el paso por vestuarios, el Girona decidió hacer un cambio para tratar de buscar el gol de la reacción. Joel Roca se quedó en el banquillo y en su lugar entró el colombiano Yáser Asprilla. Míchel tenía clara su apuesta, pero la situación era compleja. Levantar un 0-2 a un equipo como el Atlético de Madrid no es fácil.

El problema es que ese cambio tampoco le vino bien al Girona. El conjunto colchonero tenía controlado el encuentro y parecía poco probable que se le fuera a escapar. Por lo tanto, las intentonas de los catalanes quedaron en nada y eso le vino bien al Atleti, que volvió a pisar el acelerador en busca del 0-3.

No obstante, el equipo del Cholo empezó a acusar el cansancio y el Girona dio un paso adelante para intentar buscar el 1-2, gracias a la frescura de dos jugadores de ataque como Lemar y Jhon Solís, que habían salido en el 71' con ganas de demostrarle a Míchel que podían ser titulares.

La cosa es que esa reacción no le sirvió absolutamente de nada al Girona. El partido estaba cerrado y sólo quedaba que Guzmán Mansilla señalara el final. Los tres puntos se iban a ir para Madrid y, justo cuando se estaba llegando al 92', Griezmann, que entró en el 78', firmó una gran jugada individual, puso el 0-3 en el marcador y confirmó el triunfo atlético.