El momento en el que el emir de Qatar le puso la capa a Leo Messi

El momento en el que el emir de Qatar le puso la capa a Leo MessiAFP

Furor en Qatar con la capa que el emir le puso a Messi: multiplica las ventas a 2.000 dólares la pieza

«Cuando un jeque viste a una persona con un bisht eso significa que le rinde homenaje y que le aprecia», dice el vendedor de esta famosa túnica tras el Mundial

Fue la última imagen del Mundial y será la más recordada del torneo. Tamim bin Hamad Al Thani, emir de Qatar, colocó a Leo Messi una capa para que el argentino levantara el trofeo con ella puesta. La imagen dio la vuelta al mundo y ha provocado una avalancha de compras de esta prenda.
Se trata del bisht, una capa tradicional de hombre popular en el mundo árabe que se usa desde hace miles de años. Es una ropa habitual que se suele utilizar en bodas, fiestas religiosas y fechas importantes. Y es una túnica tradicional que da como símbolo de poder, como gesto de que quien lo lleva es considerado como alguien destacado.
Así, nada más ponérsela Al Thani a Messi la venta de esta túnica se ha disparado. La demanda de la capa está en sus máximos históricos, tal y como reflejan las largas colas que ha habido en los dos días posteriores a la final en Doha.
Si antes se vendían siete u ocho al día, explica Ahmed Al Salim, propietario de una tienda en el zoco de Doha, a AFP, ahora vende más de 150 por día. Cuesta unos 2.000 dólares ya que se considera de alta gama –al menos la que se puso a Leo Messi– fabricada con algodón de Japón e hilo de oro alemán. Esta empresa suministra ropa a la familia real de Qatar desde hace mucho tiempo.
Los argentinos han sido quienes más han demandado esta capa que se ha convertido en una de las imágenes para el recuerdo del Mundial de Qatar. Se considera que el regalo del emir fue un obsequio de un rey a otro. «Cuando un jeque viste a una persona con un bisht eso significa que le rinde homenaje y que le aprecia», dice este vendedor.
Él ha contado que los miembros del Comité de Organización del Mundial que le encargaron las prendas «querían el tejido más ligero y lo más transparente posible». La empresa de Al Salim da trabajo a unos 60 sastres y es la más importante entre las cinco que fabrican bisht en Qatar.
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