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25 de abril de 2024

Un trabajador ucraniano se prepara para cargar contenedores de gas en la ciudad de Brovary al noroeste de Kiev

Un trabajador ucraniano se prepara para cargar contenedores de gas en la ciudad de Brovary, al noroeste de Kiev©RADIALPRESS

Una colisión armada entre Rusia y Ucrania rompería los máximos del precio de la energía

La crisis de los precios de la electricidad y el gas podrían estallar ante posibles problemas de suministro derivados del conflicto. «Sería imposible saber adónde llegarían los precios», dice Gonzalo Escribano, experto en geoestrategia energética

Cuando el 21 noviembre de 2013, Víktor Yanukóvich –expresidente ucraniano– deshizo a última hora su acuerdo de colaboración con la Unión Europea a cambio de una rebaja del precio del gas por parte de Rusia, la comunidad internacional comprobó el poder de influencia de Vladímir Putin.
Más de ocho años después, y en medio de una crisis de energía que ha disparado los precios de la electricidad y el gas a máximos históricos, la Unión Europea es testigo de un nuevo conflicto entre Moscú y Kiev, que amenaza con tensionar aun más el mercado energético en pleno invierno y con las calefacciones de los europeos a pleno rendimiento.
La contienda que podría estallar en la frontera ucraniana terminaría de empujar a la Unión Europea en una segunda fase de la crisis. Una colisión armada entre ambos países podría generar graves problemas de suministro que hundirían la oferta y desbocarían –aún más– los recibos, tanto de la electricidad como del gas natural. El jueves, un 26,5 % de la electricidad generada en España procedía de centrales de ciclo combinado que se nutren de gas natural. 

Sería imposible saber adonde podrían llegar los precios del gasGonzalo Escribano, experto en geoestrategia energética

«Rusia lleva varios meses reteniendo el suministro y no nos está llegando todo el gas que debería», explica Gonzalo Escribano, Director del Programa de Energía y Clima del Real Instituto Elcano en declaraciones a El Debate. Moscú controla así el suministro de gas «para presionar estratégicamente a la UE».
La tensión en la frontera amenaza con romper en una agresión abierta durante las próximas horas. «Estamos muy cerca del punto de ebullición», reconoce el experto en geoestrategia energética, que asegura que «llegados a ese punto, sería imposible saber adónde podrían llegar los precios del gas».
Desde que en octubre de 2021 la cotización del gas en el Title Transfer Facility (TTF) –hub de referencia europeo– agudizara su escalada, el precio no ha bajado de los 70 dólares.
De hecho, los momentos de mayor tensión entre Moscú y Kiev coinciden con los picos que durante las últimas semanas se han registrado en el mercado. El 16 de diciembre, la Unión Europea amenazó a Rusia con «sanciones enormes» si se atrevía a invadir Ucrania. El efecto no tardó en producirse, cuatro días después el precio del gas marcó su máximo histórico al rozar los 180 dólares. Lo mismo ocurrió el 14 de enero de 2022. Aquel día, Estados Unidos acusó al Kremlin de planear un ataque de sabotaje contra su propio ejército, para culpar de ello a Kiev. Ese mismo día el gas europeo volvió a encarecerse, al igual que lo hizo el español. 
Sanciones y acusaciones a los que Vladímir Putin ha respondido priorizando a China como principal cliente frente al Viejo Continente y vacilando con posibles problemas de suministro y «malentendidos» diplomáticos.

Putin utiliza el gas para presionar a Europa

De Rusia parte el 20 % del gas que se consume en todo el mundo. El país acumula las mayores reservas del planeta, y Gazprom –el gigante energético controlado en la sombra por el propio Putin– tiene en su mano el privilegio de modular el precio del gas. Con tan sólo una declaración, el presidente ruso ha conseguido inflar y desinflar el precio de cotización de la energía, influyendo –por ejemplo– en la factura final que paga un ciudadano francés.
La dependencia de España sobre Moscú es menor. No obstante, el comportamiento del hub europeo y del Mibgas –mercado de cotización del mercado ibérico– han avanzado al mismo ritmo durante los últimos 30 días
Europa no está preparada para encontrar una alternativa diferente al suministro ruso, a pesar de que lleva años buscando soluciones. Inicialmente se plantearon relaciones comerciales con terceros países productores de energía, como Argelia o Turquía, años después se comenzó a mirar a EE.UU., ahora la apuesta gira entorno a la transición energética que reduzca la dependencia del gas y apueste por las renovables. 

Una nueva crisis del gas podría eternizar la inflación, ya disparada

En el seno del Banco Central Europeo (BCE) se ha instalado el temor a una inflación elevada instalada durante los próximos meses. El índice de precios del conjunto de países que comparten la moneda única cerró 2021 en el 5 % empujado por el encarecimiento de la energía. De hecho, algunos miembros del Consejo de la institución monetaria han presionado para que el BCE «actúe de forma más decidida» ante el incremento del IPC.

​Esa espiral de la inflación se ha colocado como la mayor de las preocupaciones de los Veintisiete, que temen que el alza prolongada del IPC frene el consumo, lastrando la recuperación económica postpandemia y agudizando la brecha entre ingresos y gastos de países como España, Italia o Francia.

​Varios organismos prevén ya escenarios prolongados de inflación elevada. BBVA Research ha incluido en sus pronósticos un repunte mayor de los precios en 2022. La entidad apunta a una tasa del IPC en el entorno del 3,2 %, una décima superior a la del pasado ejercicio.
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