Así funciona la mochila austríaca que quiere poner el PP al mercado laboral

Se vuelve a poner de moda la mochila austríaca en España. Son las consecuencias provocadas por la asfixia del Gobierno de Pedro Sánchez tanto a los trabajadores como, en gran medida, a los empresarios.

Esta mochila cambia de dueño ideológico con bastante facilidad en España. En general, los partidos menos extremistas, como el PP y algunas facciones del PSOE, aceptan este modelo, pero Sánchez tuvo que desecharlo en el momento en el que Podemos entró en el poder.

Otro enfoque

Ahora que el partido morado descuenta sus días como una formación nacional, la mochila sale del armario para salvaguardar a empresas, empresarios y trabajadores, además de regular las pensiones.

La mochila austríaca es un concepto desarrollado por el economista austríaco Leopold Kohr, que propone un enfoque diferente para manejar las crisis económicas. Es un término metafórico utilizado para describir una política económica específica.

¿Cómo funciona?

Cada trabajador tendrá un fondo de capitalización que se nutrirá de aportaciones de su empresa al salario durante los años que tenga relación laboral. Una vez que el trabajador se vaya o sea despedido, se llevará esa mochila para disponer del fondo o mantenerlo en la siguiente empresa.

Hay matices, como que ese fondo es privativo de cada trabajador. Además, el dinero se invierte por medio de una entidad financiera, por lo que produce beneficios.

Una de las grandes ventajas de este modelo es que el despido se dilata en el tiempo. Cada mes la mochila suma una cantidad para cuando llegue el momento de cambiar de trabajo. Este es el gran problema que tenía la extrema izquierda: su populismo le exige asfixiar al empresario impidiéndole echar trabajadores o, en el caso de hacerlo, obligarle a pagar una cantidad elevada en un mal momento también para la propia empresa.

Ventajas

La mochila austríaca que quiere poner en práctica el PP si Alberto Núñez Feijóo llega a la presidencia del Gobierno tratará de combatir la temporalidad del mercado laboral. Este modelo protege el despido de los temporales, que suelen ser jóvenes con rentas bajas.

También favorece la movilidad voluntaria de trabajadores que, en otras situaciones, no se cambiarían de trabajo o se arriesgarían a ser empresarios por miedo a quedarse sin ingresos. En España solo se contempla el cobro del paro para los despidos, algo que perjudica a las dos partes si esa salida no se entiende como un cambio a mejor o un alivio para la empresa.

Por último, las jubilaciones también serán premiadas con este modelo. El dinero guardado en la mochila a lo largo de los años se podrá utilizar en el momento de la jubilación y servirá como complemento, es decir, como si de un plan de pensiones se tratara.

Contras

En 2019, Nadia Calviño propuso poner en marcha la mochila austríaca, pero se encontró con el rechazo de la patronal y los sindicatos. Esto se debe a que supone un coste más a la empresa porque incrementa el gasto mensual en las nóminas.

El despido también queda desprotegido. La mochila facilita que los trabajadores sean despedidos porque este sistema les garantiza un colchón económico si no encuentra un nuevo empleo. Los empleados con sueldos altos dejan de ser un problema para la empresa, que puede ponerlos en la calle y sustituirlos por otros con menos sueldo.

Ejemplo

En el caso de un trabajador con un sueldo de 1.500 euros al mes que cambia voluntariamente de trabajo, se puede presentar un ejemplo práctico de cómo funcionaría la mochila austríaca:

• Supongamos que el empleador contribuye con el 1 % del salario mensual del trabajador a la cuenta de la mochila austríaca. En este caso, aportaría 15 euros al mes.
• Si el trabajador es despedido después de haber trabajado durante 5 años, la cuenta de la mochila austríaca acumularía un total de 900 euros.
• Al marcharse de su empresa, el trabajador tendría acceso a los fondos acumulados en su cuenta de la mochila austríaca, mientras que con el modelo anterior no tendría derecho a nada.

Si tomamos el mismo caso, pero convertimos al trabajador en despedido, habría que conocer los costes. En su día, el Banco de España propuso que se rebajara de 20 a 10 días por año trabajado en caso de causas objetivas y de 33 a 16,5 en caso de improcedentes. Los temporales se quedaban en 6 días.