La jugada maestra de Rafael del Pino que impulsó el creciente negocio de autopistas de Ferrovial en Estados Unidos

Cuando se produjo el acuerdo para la invasión de Irak entre Bush, Blair y Aznar en el año 2003, un buen grupo de consejeros delegados y presidentes de compañías españolas se dirigió a la Embajada de Estados Unidos para preguntar qué había de lo suyo. Entre ellos estuvieron los directivos de Ferrovial, a los que les recomendaron hablar con el gobernador de Texas.

Hizo ver al gobernador de Texas que no podía tener a todo el talento de su región perdiendo dos horas en un atasco

Pasado un tiempo, el actual presidente de la compañía, Rafael del Pino, se plantó allí, y escogió ir a ver al gobernador en coche. Cogió un atasco de órdago. Le costó dos horas llegar, y al ver al gobernador, en lugar de pedirle un favor, le propuso un negocio: construir una autopista para que todo el talento al que le costaba dos horas llegar a su destino pudiera hacerlo antes, y así sacar más partido a sus grandes dotes para impulsar la región.

Al gobernador le sorprendió la audacia del directivo español, y le pareció muy bien lo que le proponía. Al cabo de un tiempo, aquello dio sus frutos. En 2008, Ferrovial, a través de su filial Cintra, cerró la financiación para desarrollar los segmentos 5 y 6 de la autopista SH-130, un tramo de 64 kilómetros de longitud entre Austin y Seguin que serviría para descongestionar la IH-35, entre San Antonio y el norte de la ciudad de Austin. La nueva autopista absorbería el aumento de tráfico de largo recorrido de vehículos pesados previsto como consecuencia del desarrollo de los acuerdos comerciales entre Estados Unidos, México y los países centroamericanos. La SH-130 está situada en uno de los principales corredores norte-sur de Estados Unidos. Texas había incrementado ya su población a un 2 % anual desde 1990, y su PIB había crecido un 4,3 % anual entre 1995 y 2005, por encima de la media de Estados Unidos.

En 2014, Ferrovial abrió la autopista North Tarrant Express (NTE), un corredor de 21 kilómetros con sistema de peaje dinámico y una inversión de más de 2.044 millones de dólares.

En septiembre de 2015 se inauguraba la LBJ Express construida por Ferrovial, un auténtico alivio a la congestión de una de las regiones de mayor crecimiento de Estados Unidos. Se trataba de una vía de 27 kilómetros en la zona metropolitana de Dallas. Su construcción suponía una inversión de 2.635 millones de dólares, una cifra que la convertía en una de las mayores infraestructuras del país.

En 2019 llegaron los carriles exprés de la I-77, en Carolina del Norte. Circulan paralelos a los generales y permiten ir más rápido. Y en 2022 llegaron los carriles exprés en la interestatal I-66 fuera de la circunvalación, en Virginia. El área de Washington D.C. tiene una de las peores congestiones de tráfico en Estados Unidos. Registra hasta 200.000 vehículos circulando cada día, que experimentan entre ocho y diez horas de congestión diaria. Los nuevos carriles están ayudando a movilizar entre 2.000 y 4.000 personas más por hora a lo largo del corredor.

La ETR 407 de Toronto, su autopista más emblemática en el extranjero, ha disparado casi un 20 % sus ventas en este semestre

La resolución de estos problemas está ayudando a los habitantes de Estados Unidos y al negocio de Ferrovial. La facturación de la I-77 de Carolina del Norte ha aumentado un 30 % en el primer semestre de este año, y la de la I-66 de Virginia lo ha hecho un 25 %.

Esta buena marcha se une a la del proyecto más emblemático de Ferrovial en este terreno: la 407 ETR, una autopista de peaje metropolitana en Toronto en la que la compañía entró en el año 1999. En este semestre ha facturado 933 millones de dólares canadienses (677 millones de euros), un 19,7 % más que en el mismo periodo del año anterior, y ha registrado un resultado operativo positivo (Ebitda) de 765 millones de dólares canadienses, un 13 % más.

Las autopistas se hacen fuertes en el negocio de Ferrovial, como puede verse en los resultados de este semestre. Alcanzan un resultado operativo -ebitda- positivo de 496 millones de euros, un 15,8 % más que en el mismo periodo del año anterior y el 75 % del resultado operativo total de la compañía. La división de construcción suma 191 millones de ebitda, un 3,9 % más que en el mismo periodo del año anterior. Bate además récord de cartera de obras: 17.265 millones de euros, con Estados Unidos como mercado con más peso (45 %), seguido de Polonia (23 %), España, Reino Unido y Australia.

Las autopistas se configuran como un negocio más rentable que construcción, aunque esta otra división aporta la mayor parte del volumen de ventas: 3.453 millones de euros de ingresos en el semestre, frente a los 676 millones de ingresos de las autopistas (en la 407 ETR tiene el 48,29 % de las acciones).

Las autopistas son cada vez más importantes para Ferrovial, pero sobre todo lo es Estados Unidos. Norteamérica se ha configurado como el centro de esta compañía, que lamentablemente ya no tiene su sede social en España, sino en Ámsterdam.

La empresa fundada e impulsada por la familia del Pino continúa con su repliegue del mercado británico (este semestre se ha reflejado la finalización de la venta del 5,25 % del aeropuerto londinense de Heathrow, 551 millones de libras), y avanza en otro proyecto que sin duda marcará otro hito en Ferrovial: la construcción la terminal uno del aeropuerto JFK en Nueva York. Aunque la compañía ya tenga su sede fuera, su nombre y los apellidos de su principal directivo siguen luciendo la marca España.