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Un plan de futuro completo para alcanzar tus objetivos

Un plan de futuro completo para alcanzar tus objetivos

La importancia de planificar la sucesión patrimonial para ganar tranquilidad

En Abante Asesores entienden la planificación sucesoria como un ejercicio de reflexión y proyección vital que permite a las personas tomar decisiones con serenidad, optimizar fiscalmente su patrimonio y evitar conflictos familiares en el futuro

en colaboración con abante asesores

«Siempre pensamos que no nos vamos a morir o que eso queda muy lejos», reconoce Paula Satrústegui, socia de Asesoramiento Patrimonial en Abante Asesores. «Por eso solemos dejar la planificación sucesoria para el último momento. Pero, igual que ocurre con la planificación financiera, cuanto antes empieces, mejor te irán las cosas».

Solo un 13% de los españoles tiene testamento, un dato que refleja hasta qué punto seguimos evitando hablar de herencias. Sin embargo, como explica Satrústegui, «si fallecemos sin haber hecho esa reflexión, la ley decide por nosotros, y probablemente no sea lo que habríamos querido».

Patrimonio familiar

Lejos de limitarse a redactar un testamento, la planificación sucesoria requiere entender el patrimonio familiar en su conjunto, valorar las implicaciones fiscales y anticipar los escenarios posibles. «Muchas veces la gente cree que tiene claro lo que quiere, pero cuando lo plasmamos en números descubren que no es exactamente así», apunta la socia de Abante. «Por ejemplo, un matrimonio que pensaba dejarle lo máximo posible al cónyuge cambió de idea al ver que sus hijos, de 30 o 40 años, podían recibir parte del patrimonio sin comprometer el bienestar de la pareja. En otro caso, justo lo contrario: él quería dejar el máximo a sus hijos, pero al analizarlo vimos que su mujer se quedaría sin recursos en 10 años. Esas decisiones solo se pueden tomar bien si entiendes tu situación financiera en conjunto».

En Abante, el asesoramiento va mucho más allá del testamento. El equipo analiza cada caso con rigor para recomendar las mejores herramientas legales y fiscales según las circunstancias familiares y la comunidad autónoma de residencia: donaciones en vida, seguros de vida, legados o la figura del administrador y la del albacea.

Antes de donar, hacemos una doble reflexión: una filosófica y otra fiscalPaula SatrústeguiSocia de Asesoramiento Patrimonial en Abante Asesores

«En Madrid, por ejemplo, las donaciones de padres a hijos están muy bonificadas, pero hay que tener cuidado», advierte Satrústegui. «Antes de donar, hacemos una doble reflexión: una filosófica y otra fiscal. La primera es clara: nunca dones dinero que vayas a necesitar para vivir. La segunda tiene que ver con los impuestos asociados a esa donación, porque además del de sucesiones hay otros tributos, como el IRPF o la plusvalía municipal».

Cuando no se planifica, los problemas pueden multiplicarse. «Un matrimonio que asesoramos llegó a nosotros después de que él falleciera sin testamento. Su mujer heredó solo el usufructo de un tercio de la herencia y no tenía suficiente para mantener su nivel de vida. Sus hijos, afortunadamente, decidieron ayudarla con una donación, pero eso no siempre ocurre», recuerda.

Los conflictos son más frecuentes cuando hay inmuebles, porque su valoración y gestión son complejasPaula SatrústeguiSocia de Asesoramiento Patrimonial en Abante Asesores

En el extremo opuesto, Satrústegui destaca un caso de éxito: «Acompañamos a un matrimonio en la redacción de su testamento y les explicamos cómo optimizar la estructura patrimonial. Cuando ella falleció, el marido pudo elegir entre distintas opciones de usufructo y plena propiedad, lo que permitió minimizar la carga fiscal al adjudicar los bienes con mayor plusvalía a la parte correspondiente al patrimonio del fallecido. Fue un ejemplo de planificación bien hecha: fiscalmente eficiente y, sobre todo, con tranquilidad para la familia».

Evitar conflictos familiares

Las disputas entre herederos suelen tener un origen común: la falta de claridad o de planificación. «Los conflictos son más frecuentes cuando hay inmuebles, porque su valoración y gestión son complejas», señala Satrústegui. «Por eso recomendamos figuras como el albacea contador partidor, que actúa como mediador y ejecutor del testamento, y ayuda a repartir los bienes de forma justa y ordenada».

Otro recurso útil es la elaboración de lotes de bienes tasados y sorteados ante notario, una fórmula que garantiza la equidad. «Así se evitan discusiones. Cada hijo sabe qué lote le corresponde, y todos entienden que ha sido un proceso transparente», explica.

Antes de tomar cualquier decisión, hacemos con el cliente una reflexión profunda sobre su vida, sus objetivos y sus prioridadesPaula SatrústeguiSocia de Asesoramiento Patrimonial en Abante Asesores

En Abante, la planificación sucesoria se integra dentro del Plan de Futuro Completo, un proceso de asesoramiento global que combina la dimensión financiera, fiscal y personal. «No es un hecho aislado», subraya Satrústegui. «Antes de tomar cualquier decisión, hacemos con el cliente una reflexión profunda sobre su vida, sus objetivos y sus prioridades. A partir de ahí, proyectamos escenarios y le damos las herramientas para decidir con conocimiento y tranquilidad».

El resultado es un plan a medida que acompaña a la persona en las distintas etapas de su vida, asegurando que tanto ella como su familia estén preparadas para el futuro.

Cómo cambia la herencia según la planificación

Imaginemos un matrimonio de 63 años, casado en régimen de gananciales y con dos hijos. El esposo fallece sin testamento, y en ese caso la ley determina que la viuda reciba únicamente el usufructo del tercio de mejora, mientras que los hijos heredan el resto del patrimonio y la nuda propiedad de dicho tercio de mejora. Antes de repartir la herencia, es necesario liquidar la sociedad de gananciales —es decir, dividir el patrimonio común— y después adjudicar los bienes del fallecido. Con un patrimonio total de 1,7 millones de euros (entre la vivienda habitual, la casa de la playa y el patrimonio financiero), este escenario legal mínimo puede dejar al cónyuge superviviente con menos recursos de los deseados para mantener su nivel de vida.

De los 1,7 millones, 850.000 son la parte correspondiente de la sociedad de gananciales de la mujer (300.000 en fondos, acciones y cuentas bancarias, más los 550.000 de los inmuebles); los otros 850.000 euros, del marido, es el patrimonio que se reparte en herencia tras su fallecimiento.

El valor del usufructo del patrimonio inmobiliario es de 143.000 euros, el del patrimonio financiero es 78.000 euros. En el escenario de mínimos que queda si no hay testamento, la viuda recibe el usufruto del tercio de mejora, es decir, 73.667 euros.
El valor del usufructo del patrimonio inmobiliario es de 143.000 euros

Sin embargo, la situación cambia sustancialmente cuando existe testamento. Aquí se pueden plantear dos escenarios menos restrictivos para el cónyuge viudo.

En el llamado escenario de máximos, el testador puede mejorar la posición del cónyuge viudo, adjudicándole no solo el usufructo del tercio de mejora, sino también el tercio de libre disposición en plena propiedad. De este modo, la viuda dispone de más liquidez y capacidad de gestión, mientras que los hijos conservan la nuda propiedad del tercio de mejora hasta el momento en que se extinga el usufructo y la parte proporcional de la legítima. En este caso, la viuda recibe del marido 357.000 euros.
Abante

Una tercera opción es el usufructo universal, también recogido en testamento, mediante el cual el cónyuge viudo puede disfrutar del uso y disfrute de todos los bienes de la herencia (en el caso del patrimonio financiero, conviene recordar que solo puede usar el rendimiento del mismo). Para ello, se requiere la conformidad de los herederos forzosos, normalmente a través de la denominada cautela Socini. Así, la mujer tendría el derecho al uso y disfrute del total del patrimonio (para el ejemplo, se considera que capitaliza el mismo, siendo el valor de 221.000 euros).
Abante

En Abante, este tipo de análisis comparativo —pintando los escenarios en números y visualizando las consecuencias— es clave para que cada cliente tome decisiones informadas y alineadas con sus objetivos personales y familiares.

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