El presidente Pedro Sánchez, durante la visita que realizó al contingente español en Letonia, el pasado mes de julio
Fuerzas Armadas
Enésimo giro de Sánchez: del «sobra el Ministerio de Defensa» a aumentar el gasto militar al 2 % del PIB
El estallido de la guerra de Ucrania ha obligado a cambiar la política de Defensa del presidente del Gobierno otra vez
Corría el año 2014 cuando el recién elegido secretario general del PSOE, un casi desconocido Pedro Sánchez, aseguraba en una entrevista que «sobra» el Ministerio de Defensa. Fue la respuesta del entonces líder de la oposición ante el acuerdo de la cumbre de Gales de la OTAN de elevar el gasto en Defensa de los 28 países pertenecientes hasta un 2 % para el año 2024. En aquel entonces, España gastaba el 0,92 % del PIB.
Pero Sánchez no cejó en su empeño y apenas un año después, en julio de 2015, se planteó suprimir el Ministerio de Defensa para integrarlo en el de Interior. Otra idea planteada desde la oposición.
Ya en el Gobierno
Hasta que llegó al Gobierno en 2018. El gasto en Defensa se mantenía en el 0,93 % del PIB. Pero «donde dije Digo digo Diego» y se olvidó de la supresión del Ministerio de Defensa. Y menos mal, porque la actuación del Ejército resultó fundamental para luchar contra la pandemia en España. Así, tras un leve descenso en el presupuesto para 2019 (0,91 %) la inversión en Defensa se disparó un 10 % hasta llegar al 1 % del PIB en 2020 y al 1,02 % en 2021.
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Y llegó junio del 2021. Y la OTAN decidió que su próxima cumbre, la de 2022, se celebraría en Madrid. Y claro, no podía ser que la cumbre de Defensa más importante que ha vivido España en los últimos años se celebre en uno de los países que menos dinero dedica a la materia. Así que el presupuesto se incrementó nuevamente para este 2022 en un 7,46 %.
Estalla la guerra
Y con la llegada de este año, llegó la gran prueba de fuego. Y estalló la guerra en Europa. Y sirvió para poner a cada país en su lugar. En un principio, España se negó a enviar armas a Ucrania. La escasez de presupuesto y la presión de su socio, Podemos, llevó a Pedro Sánchez a asegurar el 28 de febrero que no enviaría armas a Ucrania. Y tampoco seguiría los pasos de su homólogo alemán, Olaf Scholz, que se comprometió a aumentar su presupuesto en Defensa hasta el 2 % del PIB.
Dos días le duró a Pedro Sánchez su palabra. No podía ser que el organizador de una de las cumbres de la OTAN más importante fuera uno de los pocos países de la Alianza Atlántica que no enviara armamento a Ucrania. Así el 2 de marzo anunció ante el Congreso de los Diputados que se enviarían armas. Y desde entonces ya han salido de España 5 aviones con armamento. Eso sí, procedente de los excedentes del Ejército.
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Pedro Sánchez también ha tenido que rectificar respecto al gasto en Defensa. El pasado viernes los presidentes y jefes de Gobierno de la Unión Europea acordaron en Versalles incrementar «sustancialmente» el gasto militar. El presidente del Gobierno español se comprometió a alcanzar el 1,24 % para el año 2024 con perspectiva de dirigirse hacia el 2 % pactado hace nada más y nada menos que 8 años, los mismos que hace que Sánchez afirmó que había que suprimir el Ministerio de Defensa.
El milagro
Y, tres días después, llegó la rectificación. Bueno, más bien el milagro, porque en una entrevista televisiva en La Sexta, el presidente del Gobierno recordó que «cuando llegamos al Gobierno el gasto en Defensa era del 1,25 % del Producto Interior Bruto, hoy representa en torno al 1,40 % del Producto Interior Bruto». Y anunció que hablará con el resto de grupos para «plantear un horizonte en los próximos años para cumplir con ese mandato de la OTAN del 2 %».
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El problema es que para la OTAN, España no está gastando el 1,40 % que asegura Pedro Sánchez, sino el 1,16 %. Porque Pedro Sánchez incluyó en la entrevista la dotación destinada a las jubilaciones de los militares entre otros gastos que la Alianza Atlántica no tiene en cuenta en ese 2 % que España debería alcanzar si de verdad quisiera cumplir lo pactado en 2014.
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