Así funcionan los Tedax Las bombas de la Guerra Civil que no llegaron a explotar
El teniente Salvador Serrano abre las puertas de la Academia de la Guardia Civil de Valdemoro a El Debate
El 17 de julio de 1936 comenzó la Guerra Civil Española. Después de tres años España quedó desolada. Durante la contienda gran parte de la destrucción y el sufrimiento fueron provocados por el lanzamiento de bombas (de cañón, de mortero, de aviación, trampeadas, granadas de mano, de mango e italianas...). Todavía quedan secuelas de este devastador acontecimiento. Estos restos históricos conviven con nosotros sin que nos demos cuenta, y en numerosas ocasiones son encontrados. Pero ¿qué hay que hacer si nos topamos con un artefacto explosivo? ¿Qué tipos de ojivas había por aquel entonces? ¿Cuáles son sus partes? ¿Cómo se desactivan? Todas estas dudas las resolvemos a continuación.
Muchos de estos proyectiles, por sabotaje o casualidad, no explotaron en su día. En España hay diversos casos de explosivos que impactaron en lugares de renombre y que finalmente no estallaron. La Basílica de Nuestra Señora del Pilar es el mejor ejemplo de ello: la ojiva penetró en el templo, pero extraordinariamente no llegó a detonarse.
Al año se encuentran entre 5.000 y 6.000 bombas en todo el país. La amplia mayoría son halladas por personas que van con detectores de metales en busca de «reliquias» o «tesoros» históricos. En caso de encontrar alguna de estas ojivas el grupo Tedax, grupo de desactivación de explosivos y defensa de la Guardia Civil, efectúa las siguientes recomendaciones: que no se toque el artefacto; una vez avistado no hay que manipularlo ni desenterrarlo porque en caso de moverlo de su sitio, la parte que sujeta la iniciación puede que se despegue y esto provoque su detonación. Tras estos dos pasos, lo siguiente es llamar por teléfono al 062, y por último señalizar la zona hasta que llegue el grupo de desactivación.
Lo importante siempre es no tocarla, porque la curiosidad...
Agente TEDAX
Para los apasionados de la historia y de los objetos históricos hay una mala noticia. La mayoría de las ojivas son detonadas, las llevan a descampados o canteras donde no haya vegetación para evitar un incendio, y allí les aplican una carga para su detonación. Los Tedax, hasta el último momento, no saben si el artefacto puede explotar o no. Es una incógnita hasta el último momento.
El sistema de desactivación aparenta ser simple, se le aplica una carga y se detona, fin. Pero esto no quita para que su peligrosidad sea «indefinida», cuantas más piezas conserve: espoleta, sistema de iniciación, temporizador… más peligrosa es. Los agentes intentan manipular el artefacto lo menos posible, le aplican una carga determinada «con técnicas de la especialidad» hasta que la bomba estalla. En caso de no reaccionar esto marcará que no tienen nada en su interior.
Una de estas técnicas es el uso del explosor, una máquina que aplica corriente eléctrica a los artefactos para generar una reacción y se detone. Otra de ellas es el cañón disrruptor, utilizado para atacar explosivos a distancia mediante un chorro de agua a mucha potencia. El resto de recursos se los guarda la Benemérita a buen recaudo.
Lo que se altera por el paso del tiempo es el metal que recubre las ojivas, el agua y la arena lo corroe
Colección de artefactos de la Guardia Civil en Valdemoro
Catálogo de muestras
Existe una gran variedad de artefactos, entre ellos se pueden encontrar de cañón, de mortero, de aviación, trampeadas (aquella que tenía un sedal y al pasar, y cortarlo se detonaba), granadas de mano, granadas de mango e italianas (utilizadas por la Aviación Italiana en apoyo del bando nacional). Estas últimas hay que tener especial precaución porque su apariencia es similar a la de una lata de Coca-Cola. Incluso también se encuentran de fabricación casera, son las denominadas con forma de pera y se utilizaban los pomos de los cabeceros de las camas como recipiente al ser de metal.
La diferencia entre una bomba de mortero y una de aviación es que las primeras tienen un dispositivo de fuga en la cola, similar al de un lanzallamas. Por esa parte comenzaba la ignición cuando se cargaba el mortero. Otra diferencia que se puede encontrar, pero en este caso entre los proyectiles de cañón y el resto de las ojivas es que estos explosivos llevaban una banda de cobre, en caso de haberse utilizado quedaban marcados por los surcos de esta arma. En cuanto a su calibre variaba entre 75 y 155.
Trajes del grupo SEDEX-NRBQ
elementos principales de un proyectil
- Espoleta: parte extrema que impacta en primer lugar con el suelo e inicia la explosión. Este mecanismo se podía programar en función del tiempo que quería el artillero que pasase desde su impacto.
- Detonador: una vez la mecha pasaba a este dispositivo, la carga empezaba a quemarse.
- Carga principal: contenía la metralla y variaba en función del tamaño del explosivo.
- Cola: parte final de la bomba que en algunos casos servía para comenzar la ignición.
Colección de artefactos de la Guardia Civil en Valdemoro
El mapa de la Comunidad de Madrid tiene ciertos puntos calientes. La zona del Jarama se lleva la palma al ser el lugar donde más hallazgos se han encontrado. Hay que remontarse en la historia para ver donde fueron los frentes de batalla. A este lugar se le suma también los Jardines del Moro, en frente del Palacio Real, lugar que desde El Debate os recomendamos semanas anteriores para visitar en el fin de semana. Estos jardines también han sido el epicentro de ojivas, proyectiles y granadas de mano. Incluso los agentes hablan de que habrá restos incrustados en la pared del jardín.
Otro elemento que la Benemérita tiene que desactivar son las municiones de ametralladoras. En Madrid había muchos nichos de estas armas que se alimentaban de ristras de balas, muchas de ellas a diferencia de los explosivos no se utilizaron y de ahí su conservación.
La capital no es la única zona de hallazgos de la Guerra Civil, la zona del Ebro es una zona muy caliente, «incluso la que más de España», nos confiesa el teniente Serrano. Zaragoza, Huesca y Teruel fueron fuertemente castigadas y los hallazgos lo demuestran a la perfección.
Otro lugar donde se encuentran muchos artefactos de la Guerra Civil es en el mar. Aunque parezca mentira muchos marineros al pescar con redes, arrastran y suben estos pequeños pedazos de historia. Para su desactivación, en función de la demarcación, acuden la Armada (EOD) o la Guardia Civil.
Curiosidades
- Un traje de desactivación completo pesa unos 40 kg.
- Estos trajes te libran de 1 kg de TNT.
- El año que viene el grupo TEDAX esta formado por el equipo de desactivación y la Unidad de Subsuelo.
- Su 50 aniversario es el año que viene.
- El MIURA 65 es uno de los robots que utiliza el cuerpo para desactivar los artefactos, además tiene múltiples usos: abrir un maletero, una puerta, romper un cristal, incluso se le puede incorporar una escopeta. Gracias a la cámara que tiene incorporada se puede manejar a distancia y evitar poner en riesgo la vida de un agente.
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