Inacción de las autoridades
Pamplona se ha sumergido este mediodía en los Sanfermines de 2022, tras dos años de suspensión de las fiestas por la pandemia de Covid-19. La plaza del ayuntamiento estaba, como siempre con esta festividad, a rebosar de gente, y, como suele ser habitual, varias pancartas proetarras se han colado en la celebración, pese a que existen varias leyes que prohíbe esta apología de la violencia y el totalitarismo.
Las pancartas vistas eran fundamentalmente tres: la primera incluía un mapa de Euskadi y Navarra y texto escrito en letras rojas que decía «Presoak Etxera» (Libertad para los presos); la segunda era una ikurriña con el lema «Gorra Herria» (Viva el pueblo), más una tercera que, en color rojo como la primera, decía «Sozialismoa eraikiz» (Contruyendo el sozialismo).
Pese a la lluvia que ha caído en Pamplona en distintos momentos durante la mañana, miles de personas se han congregado en la plaza Consistorial y en sus alrededores, y en distintos puntos del centro para disfrutar del inicio de los Sanfermines. Aunque el alcalde de Navarra Suma, Enrique Maya, había prohibido el acceso a la plaza por motivos de seguridad de cualquier pancarta, estas han entrado y sido exhibidas sin mayor dificultad. Ha vuelto a suceder lo mismo que en 2019, el último chupinazo pre pandemia, cuando volvieron a colarse estas pancartas dentro de la plaza.
El exfutbolista y exentrenador navarro Juan Carlos Unzué, inmerso en el trabajo de dar visibilidad a la ELA, enfermedad que padece, ha sido el encargado de prender la mecha del chupinazo a las 12 del mediodía desde el balcón de la Casa Consistorial.
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