La expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, en la redacción de El Debate
Entrevista | Expresidenta de la Comunidad de Madrid
Esperanza Aguirre: «Si Felipe González hubiera sido como Pedro Sánchez, jamás habría gobernado la derecha en España»
La expresidenta del Senado y de la Comunidad de Madrid asegura estar convencida de que Alberto Núñez Feijóo «cumplirá el programa electoral»
Esperanza Aguirre lleva más de cuarenta años siendo liberal. «La razón de ser de una mujer indomable», como afirma Isabel Díaz Ayuso en el prólogo de Una liberal en política, publicado por Deusto. Una ideología que ha mantenido desde que fue elegida concejal del Ayuntamiento de Madrid e inició una carrera ascendente que le llevó a ser nombrada ministra de Educación en el primer Gobierno de José María Aznar. Ganó popularidad cuando los reporteros perseguían a los políticos, y no se le llamaba acoso, por «la campaña de publicidad a nivel nacional de Caiga Quien Caiga».
Presidenta del Senado, de la Comunidad de Madrid entre 2003 y 2012, y del PP madrileño durante doce años, Aguirre recorre su trayectoria sin olvidar sus errores, como retirar el proyecto del plan de mejora de la enseñanza de las Humanidades por su inexperiencia, sus dimisiones, y reflexiones del wokismo, la ideología del sanchismo, y del peligro que se pretenda instaurar un cambio de régimen en España si se acaba con los límites al poder.
–En sus inicios de su vida política, se afilia a la Unión Liberal, ese ideario se ha mantenido firme durante toda su trayectoria…
–Así es. Cuando la Unión Liberal se integró en el Partido Liberal, hicimos un congreso en 1985, y escribí la ponencia política del partido. Algunos párrafos los he incluido en el libro, porque está plenamente vigente justo 40 años después.
–En las elecciones de mayo de 1983 encabezaba la coalición de Alianza Popular Jorge Verstrynge, que no cogió el acta dando paso a José María Álvarez del Manzano, ¿se podía intuir que llegaría a ser el ideólogo de Podemos?
–No me lo hubiera podido imaginar. Y si me lo hubieran dicho, no lo hubiera creído. Pero la vida es así. También hay saltos del otro lado. Hay muchísima gente que ha militado en el Partido Comunista, como Mario Vargas Llosa, y luego fue muy liberal.
–También coincidió en esa época con Ramón Tamames, que era concejal del Partido Comunista. ¿Qué le pareció que se presentase como candidato de Vox a la moción de censura a Pedro Sánchez?
–Hicieron bien al elegirlo como candidato. Es una persona extraordinariamente bien formada en Economía y en Humanidades, y su edad no es ningún inconveniente. Él había estado en la cárcel en tiempos de Franco, no como otros que ahora son antifranquistas, pero nunca hicieron nada en aquel tiempo. Me hizo un favor en mi carrera política cuando pidió la presidencia de la Comisión de Cultura, y me enviaron a la Comisión de Medio Ambiente, porque englobaba limpieza, basuras, contaminación, depuradoras, jardines... y tenía el máximo presupuesto de todo el Ayuntamiento de Madrid.
Esperanza Aguirre ha publica su libro 'Una liberal en política'
–Asegura en Una liberal en política que la Agenda 2030 es palabra de Dios, que no se puede discutir.
–Es un disparate, porque todo el mundo apoya los diecisietes postulados de la Agenda 2030: acabar con la pobreza, con el analfabetismo... Pero la fórmula que proponen es colectivista y totalitaria. En el fondo ya lo anunciaron en Davos: «No tendrás nada y serás feliz». Quieren que no trabajemos, que vivamos de las paguitas y, sobre todo, que dejemos a la ONU o la Unión Europea que hagan disparates.
Por ejemplo, hemos aprobado que los ríos tienen que fluir libremente y no se pueden hacer presas. Y no solamente no hacen presas, sino que las destruyen. Debe ser porque Franco hizo presas. Como es el caso de la riada del barranco del Poyo, que se podía haber evitado si la que hoy es vicepresidenta de la Comisión Europea, la que era vicepresidenta del Gobierno de España, Teresa Ribera, hubiera hecho la presa del Cheste, que estaba proyectada, presupuestada y aprobada.
–Hablando de Teresa Ribera, en la Unión Europea apoya las nucleares…
–Aquí tenemos un presidente de Gobierno, que aparte de echar la culpa del apagón a las nucleares, que es un disparate, ha dicho que en España no hay uranio y resulta que somos el segundo país europeo con uranio. Luego parece que ha nombrado a ocho socialistas en la empresa pública del uranio para evitar que se publiquen las posibilidades de que España tenga una energía verde, limpia, abundante y barata.
Sánchez quiere enfrentarnos, dividirnos, que volvamos al guerracivilismo. Creo que es contra lo que hay que luchar
–Al final, las instituciones públicas están totalmente colonizadas por el poder político.
–No por el poder político. Pedro Sánchez es el que ha colonizado todas las instituciones del Estado. Desde el Tribunal Constitucional hasta RTVE, pasando por el Tribunal de Cuentas... Ya dijo en el Comité Federal del PSOE que iba a funcionar sin el Legislativo, sin el Congreso. Y es lo que está haciendo. Pero también tiene la intención de colonizar el Poder Judicial, lo que pasa es que todavía hay jueces en España. Y al cuarto poder, con honrosas excepciones como El Debate y The Objective, la inmensa mayoría de los medios de comunicación apoyan al Gobierno de Sánchez, porque tienen lo que llama Milei la pauta, el dinero que se les da en publicidad.
–Saltamos a 1996, a las elecciones de la amarga victoria, la dulce derrota de los socialistas por 300.000 votos. ¿A Felipe González no se le hubiera ocurrido nunca un Gobierno de Frankenstein?
–Felipe González podía perfectamente haberse presentado a la investidura. Ni siquiera necesitaba hacer una coalición o pedir el voto a Julio Anguita, que en aquel momento tenía dos millones y pico de votos. A Felipe no se le pasó por la imaginación no dejar gobernar al partido más votado, que era el Partido Popular. Si hubiera sido él como Sánchez, jamás habríamos gobernado la derecha en España, no habría habido cambio.
–Recuerdo que antes de esas elecciones, el líder de Izquierda Unida, Julio Anguita, se sentó en enero de 1995 con José María Aznar en la cafetería del Congreso a la vista de todos para abordar la grave crisis política y económica que vivía España. En la actualidad, ¿sería imposible ver a Alberto Núñez Feijóo sentándose con Yolanda Díaz?
–Eso es lo que está persiguiendo el Partido Socialista desde Zapatero, cuando le dijo a Iñaki Gabilondo: «Nos conviene la tensión». Sánchez ha decidido erigir un muro a este lado del muro. Están ellos, que son los buenos, y los que no le hacemos la ola para que siga en Moncloa y en el Falcon somos los malos. La verdad es que lo que quiere es enfrentarnos, dividirnos, que volvamos al guerracivilismo. Creo que es contra lo que hay que luchar, y volver al espíritu de la Constitución del 78, de la concordia, del consenso, del abrazo de los diferentes.
–A veces es importante recordar que esas elecciones de 1996 se ganaron solamente por 300.000 votos, cuando Anguita había acusado a González de ser el señor X de la trama de los GAL, había saltado Filesa, el escándalo de Mariano Rubio, de Roldán… ¿Habría que tenerlo en cuenta en las próximas elecciones viendo a Pedro Sánchez cercado por la corrupción de la trama de Ábalos, con su mujer y su hermano imputados?
–Por supuesto. Desgraciadamente, puede pasar lo que sea con tal de que no venga la derecha. Los votantes socialistas están dispuestos a volver a votar a Pedro Sánchez. Es lamentable, pero han logrado imbuir el odio a los que pensamos diferente. El odio a lo que llaman la derecha, la ultraderecha, la fachosfera.
Esperanza Aguirre en El Debate
–Durante su etapa de ministra de Educación escribe que tenía el récord de editoriales de El País, aunque quizá el récord lo ostente Francisco Camps, a quién le dedicaron 169 portadas. ¿Cree que es oportuno que anuncie su intención de presentarse a las próximas elecciones de la Comunidad Valenciana relevando a Carlos Mazón?
–Eso lo tienen que decir los militantes del Partido Popular en Valencia. Paco Camps ha sido un excelente presidente y ha sido investigado por diez delitos y ha sido exonerado de todos ellos. Si quiere presentarse, está en su derecho.
–A usted nunca le dio pereza dimitir, una de las primeras veces fue en el 2002, cuando dejó la presidencia del Senado para presentarse como candidata a la Comunidad de Madrid.
–Pero, fíjese, dejé la presidencia del Senado un día de Santa Teresa, el 15 de octubre del 2002, para unas elecciones que iban a ser el último domingo de mayo de 2003. Y Sánchez hace lo contrario. Pone a sus ministros con los coches oficiales, con las secretarias, con los protocolos, con todos los medios de los ministerios, que pagamos todos los españoles, para atacar al Partido Popular en aquellas regiones en las que les ha designado candidatos. Por cierto, con poco éxito.
–De hecho, el ministro de Transformación Digital, Óscar López, es difícil encontrar unas declaraciones relacionadas con su ministerio. Está más obsesionado con la presidenta de la Comunidad de Madrid.
–Este ministro se ha puesto recientemente de manifiesto que trato con Villarejo para espiar a la familia política del presidente. En este momento no debe ser su ojito derecho.
–Una exclusiva que publicó El Debate… El primer cambio de José Luis Rodríguez Zapatero fue sustituir para las elecciones vascas de mayo de 2001 a Nicolás Redondo por Patxi López. Ustedes incluso le apoyaron para que fuera investido lehendakari. Cualquiera lo diría escuchando sus declaraciones sobre el PP...
–Nosotros no tenemos ningún cordón sanitario y pensamos que era mejor que estuviera Patxi López en vez de que continuase los nacionalistas. Pero lo importante es resaltar cómo Zapatero cambia totalmente. Cuando llegó había firmado el Pacto Antiterrorista y había nombrado candidato a Nicolás Redondo, que se había puesto de acuerdo con Jaime Mayor Oreja para gobernar en el País Vasco. Y, de repente, deciden cambiar totalmente de política, creo que impactados por la victoria con mayoría absoluta del Partido Popular en el 2000. Y en el 2003 firmaron el Pacto del Tinell, que es el principio del odio, cuando firman ante notario que nunca, jamás, bajo ningún pretexto se pactaría con el Partido Popular. Y eso, aunque parezca mentira, continúa hoy vigente.
Mariano Rajoy creyó que su obligación única era enderezar la economía y evitar que vinieran los hombres de negro de la UE. Teníamos que haber cumplido el programa electoral
–De hecho, Zapatero nada más llegar también deroga el Plan Hidrológico Nacional, pero cuando llega el Gobierno de Mariano Rajoy con mayoría absoluta, no hay ningún cambio legislativo.
–Ese es el problema. Mariano Rajoy creyó que su obligación única era enderezar la economía y evitar que vinieran los hombres de negro de la Unión Europea. Creo que se equivocó porque teníamos que haber cumplido el programa electoral. Hicimos todo lo contrario. Íbamos a derogar la Ley de Memoria Histórica y no lo hicimos. A cambiar la fórmula para elegir los representantes en el Consejo General del Poder Judicial, que no los nombrasen los políticos, y no lo hicimos a pesar de que el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, lo llevó a la Comisión de Justicia del Congreso, donde se aprobó y luego le obligaron a retirarlo. Íbamos a bajar los impuestos y los subimos. Y aquello fue un disparate de tal magnitud...
–¿Cree que si Alberto Núñez Feijóo llega al Gobierno de España derogaría alguna de las leyes que ha promulgado Pedro Sánchez, o pasaría como con Mariano Rajoy?
–Estoy convencida de que Alberto Núñez Feijóo cumplirá el programa electoral y estoy segura de que en dicho programa figurará el Plan Hidrológico Nacional, porque se ha visto que es imprescindible en un país como España. Y que también derogará la Ley de Memoria Democrática, no solo la Ley de Memoria Histórica.
–Feijóo ha anunciado el Congreso Nacional del Partido Popular en julio para diseñar una alternativa de Gobierno. ¿Cree que esta propuesta llega en su hora?
–En su momento, y la considero enormemente oportuna, y aunque sea un congreso extraordinario, vamos a tener una ponencia política y una de estatutos.
–Ahora que han salido los mensajes de Pedro Sánchez, donde carga contra los presidentes autonómicos, contra sus socios de Gobierno…
–Carga contra todo aquel que tiene la osadía de opinar distinto. Pedro Sánchez actúa con caudillismo. Ese es el título del segundo capítulo de mi libro.