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El juicio al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, en el Supremo

El juicio al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, en el SupremoEFE

Día 2 del juicio al fiscal general del Estado

El Supremo escucha por primera vez el papel directo de García Ortiz en la revelación de los datos confidenciales de González Amador

La declaración de la responsable de prensa de la Fiscalía General del Estado, Mar Hedo, sobre las filtraciones del novio de Ayuso, atribuye el dominio material del hecho, en las horas críticas, al fiscal general del Estado

La segunda sesión del inédito juicio al fiscal general del Estado, celebrada este martes, en el Supremo ha supuesto un punto de inflexión en la causa. La declaración de la responsable de comunicación de la Fiscalía, Mar Hedo, relatando lo ocurrido en la noche del 13 de marzo de 2024, en las horas críticas para la confección de la nota de prensa con la que se aspiraba a revertir el «relato» a los medios de comunicación –que, para entonces, habían publicado la propuesta de un pacto de conformidad del fiscal Julián Salto al novio de Isabel Díaz Ayuso, en su causa tributaria– ha permitido al Tribunal escuchar, por primera vez, de un testigo directo, cómo Álvaro García Ortiz «dictó» los entrecomillados a incorporar en el documento.

Es decir, de acuerdo con la versión prestada por Hedo, es García Ortiz quien le proporcionó el contenido sensible que debía incorporar en el comunicado institucional, del que ella sólo redactó por sí misma «algunos párrafos».

Una información que, por aquel entonces, seguía siendo reservada y solo aparecía reflejada en los mails cruzados entre el fiscal Salto y el abogado Carlos Neira, que ella «no tenía» en su poder. Una información que, en paralelo, adelantaba el periodista Miguel Ángel Campos en su programa Hora 25, de la Cadena Ser, donde lo escucharon otros testigos como al fiscal superior de Madrid, Almudena Lastra, de acuerdo a lo declarado en su comparecencia de este lunes o el propio novio de la presidenta de Madrid, quien sintonizó después de ser advertido por un amigo de lo que se estaba oyendo en emisión.

De hecho, fue Campos quien, además de hacerse eco de algunos datos confidenciales, adelantó que la Fiscalía trabajaba –ahora sabemos por la jefa de prensa que ella, al dictado de su máximo titular– en un desmentido. Un detalle que, por aquel entonces, sólo conocían quienes estaban 'en faena': Mar Hedo, gracias a la que se ha conocido el momento exacto en el que se dio por terminada la nota, y García Ortiz.

Con este último consta, además, una llamada registrada del periodista, de unos 4 segundos de duración, en esos complicados momentos en los que, de acuerdo con el principio de jerarquía, el dominio material del hecho delictivo solo pudo haber descansado en manos de García Ortiz. El periodista ya aseguró en sede judicial, el pasado 9 de enero, que él disponía de la información sobre el tema antes que el fiscal general del Estado.

Sin embargo, ni él, ni otros que le corroboraron habían publicado nada. Sólo después de que el fiscal general del Estado hubiese «cerrado el círculo» de dicha información, la noche del 13 de marzo de 2024 –gracias a la inestimable colaboración de la fiscal jefe de Madrid Pilar Rodríguez, que le rebotó todos los correos y llegó a ser imputada por esta razón– se hace eco de la misma una parte de la prensa.

No en vano, el juez instructor Ángel Hurtado, en uno de las resoluciones dictados durante la investigación ya apuntó a que, precisamente, el delito del artículo 417 del Código Penal, que ha llevado a García Ortiz a sentarse en el banquillo de los acusados, cristalizó, en el momento en el que el fiscal general filtró el correo con información sensible de un particular, el empresario Alberto González Amador, a una radio para que lo revelase, sin hacerlo él directamente.

El magistrado sostuvo, por lo tanto, que la revelación de secretos derivó, de manera directa, de la necesidad que, presuntamente, tenía la Fiscalía de divulgar los datos confidenciales del novio de Ayuso, antes de utilizarlos de manera institucional. En efecto, la jefa de comunicación ha confirmado con su testimonio, sin quererlo, que se filtraron en paralelo al momento en el que García Ortiz «redacta» la polémica nota de prensa. Y es que, los márgenes temporales entre la creación 'al alimón' del documento y la primera publicación de información comprometida para González Amador en prensa son muy ajustados.

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