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Yassine Kanjaa tras atacar al sacristán en plena calle en Algeciras

La defensa del investigado por el ataque de Algeciras niega que hubiera finalidad yihadista

Alega que en solo un mes una persona no puede radicalizarse hasta el punto de convertirse en un terrorista y pide su libertad

La defensa de Yassine Kanjaa, el marroquí autor del ataque en Algeciras (Cádiz) en el que fue asesinado un sacristán y varias personas resultaron heridas, ha presentado un recurso en el que, si bien no entra a rebatir los hechos, sí que pone en duda que hubiera una finalidad yihadista y considera que la actuación de Yassine debe catalogarse como delitos comunes.
Para rebatir esa finalidad terrorista –que comporta penas tan graves que podrían conllevar incluso la prisión permanente revisable–, la defensa se apoya en que es poco probable que en tan solo un mes una persona pueda radicalizarse y convertirse en un fanático hasta el punto de convertirse en un terrorista.
Además, ha solicitado que se le realice un examen forense psiquiátrico por si pudiera sufrir algún trastorno mental que afectara a su imputabilidad. Sin embargo, el juez encargado de la instrucción ya había solicitado esta diligencia, con lo que es probable que la defensa se conforme con el informe de los forenses de las Audiencia Nacional.
Por otro lado, la defensa solicita la libertad para Yassine Kanjaa, o en su caso que se acuerden unas cautelares para que pueda salir de prisión como la retirada del pasaporte o la obligación de comparecencias periódicas en los juzgados.

Ataque yihadista

Fue el pasado lunes cuando el juez decretó prisión para el joven de 25 años atribuyéndole los delitos de asesinato y lesiones con fines terroristas. Además indicaba que la actividad desarrollada por el detenido se podía calificar como un ataque yihadista dirigido tanto contra sacerdotes que profesan la fe de la Iglesia Católica como contra musulmanes que para el investigado no siguen los preceptos del Corán.
Sostenía además que las acciones violentas las realizó para producir de manera consciente e intencionadamente el mayor daño posible, manteniendo en todo momento el control de la situación. Y apuntaba que de las dos declaraciones que ha prestado, ante la policía y en el propio juzgado, salvo algunas contradicciones sobre elementos periféricos del relato, era capaz de reproducir en esencia los aspectos más importantes de su acción.
Relataba que la conducta del investigado fue consciente y que tenía definidos sus objetivos, teniendo la opción de causar unos daños mayores, focalizó su acción concretamente sobre los sujetos a quienes atacó, a los que eligió de forma deliberada.
Y explicaba que la primera de las acciones fue contra los sacerdotes, reconociendo que su intención era matar a todos los sacerdotes que se encontraban en la iglesia. En segundo lugar, indicaba el magistrado, centró su ataque contra un marroquí al que consideraba infiel, al creer que estaba ante un marroquí converso, por no practicar la auténtica religión, y al que agredió con intención de matarle.
Por todo ello, el magistrado consideró este lunes que el detenido se identificaba con un perfil de terrorista autoadoctrinado, que actuó de modo individual y no vinculado directamente con una organización terrorista en concreto, pero que, en definitiva, lleva a cabo su acción en nombre del fenómeno yihadista al que tantos se adhieren de forma remota, generando un ataque violento que causa terror en la sociedad y desestabiliza la paz social.
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