
Finaliza la restauración del Cristo de la Misericordia de la Cofradía del Silencio tras cinco meses de trabajos
Granada
El Cristo de la Misericordia de la Cofradía del Silencio de Granada recupera todo su esplendor
Durante el proceso de restauración de la imagen de José de Mora, se han fijado los estratos polícromos en las zonas con riesgo de desprendimientos
El Santísimo Cristo de la Misericordia, de la Cofradía del Silencio de Granada, que está celebrando su centenario, ha sido restaurado por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH). La intervención sobre la imagen de José de Mora ha durado unos cinco meses y ha permitido solventar las principales problemáticas de la escultura, que presentaba un grave peligro de pérdida de policromía.
Durante el proceso de restauración se han fijado los estratos polícromos en las zonas con riesgo de desprendimientos y se ha procedido a una limpieza de la policromía. Según han detallado los técnicos, las alteraciones, relacionadas con acumulación de depósitos de suciedad y falta de adhesión, estaban provocadas «por el paso del tiempo y las condiciones ambientales de la capilla de la Iglesia granadina de San José».
La obra restaurada de José de Mora será presentada el sábado en la Catedral de la ciudad, tras la misa de las 9:00 horas, y quedará expuesta durante todo este año, como imagen que preside el Jubileo en la Diócesis.
La viceconsejera de Cultura y Deporte, Macarena O´Neill, ha agradecido a la Hermandad del Silencio la confianza depositada en el IAPH para la restauración de «una obra de arte barroca excepcional, única del bastetano José de Mora, considerado por muchos el más místico de los escultores granadinos».
Propiedad de Archidiócesis de Granada
La imagen del Crucificado del Silencio, propiedad de la Archidiócesis de Granada, es una talla en madera policromada con el paño de pureza realizado con telas encoladas. Desde el IAPH han explicado que esta talla realiza «una gran aportación a la escultura barroca española, al ejecutar un modelo propio de Crucificado a partir de los valores plásticos y expresivos de la producción de Alonso Cano». Además, la imagen muestra una interpretación muy personal de la crucifixión al sintetizar emoción, clasicismo y belleza formal para una imagen devocional.
Esta obra fue concebida originalmente para recibir culto en un altar presidiendo una capilla funeraria. Sin embargo, su popularidad fue inmediata y pronto se convirtió en objeto de estudio y admiración, como atestiguan las crónicas de la época. La función procesional actual, en cada madrugada del Viernes Santo, fue incorporada a la imagen con posterioridad, en el siglo XX.