
Los agricultores se preguntan por qué los fungicidas disponibles ya no están surtiendo efecto
Un hongo va a provocar pérdidas millonarias en la cosecha de uva en varias zonas de Andalucía
Las fuertes lluvias de la primavera y la humedad reinante favorecen la expansión de este patógeno en las vides, al que parece que los fungicidas disponibles no le están causando efecto
Un hongo que se aprovecha de las lluvias abundantes en primavera va a ser el culpable de que se pierda una gran parte de la cosecha de uva en algunas zonas de Andalucía.
Los síntomas en la vid ya se han dejado ver: manchas amarillas en el haz, moho blanco en el envés y racimos marchitados y ennegrecidos. No hay duda, sufren el mildiu, una de las enfermedades que causa el Plasmopara vitícola, un patógeno que ataca en climas húmedos y cálidos.
Los agricultores andaluces utilizaban para su tratamiento fungicidas preventivos que esta vez parecen no estar dando los resultados esperados.
Así lo ha denunciado el director general de las cooperativas agroalimentarias de Andalucía, Jaime Martínez-Conradi, en Canal Sur, donde ha dicho que las lluvias de marzo y abril «han propiciado una alta humedad que favorece la expansión del hongo que afecta a los viñedos».Los datos son demoledores y el vino fino de Montilla-Moriles, así como otros como el de la Denominación de Origen Protegida Condado de Huelva, o el jerez de Marco Jerez van a ver su cosecha diezmada más allá de la mitad. En Málaga, incluso, se teme que se pierda hasta el 90 % de la producción. Las pérdidas se cuantifican en unos 50 millones de euros.
«Los fungicidas ya no hacen efecto», ha dicho Martínez-Conradi, aunque habrá que esperar unos 15 días «para saber el alcalde real del daño», pero los costes «ya se han disparado». «Damos por perdida esta campaña y eso nos llevará a pedir créditos blandos, bonificaciones y ayudas directas».
Polémica con un fungicida
El mildiu es un viejo conocido de los agricultores andaluces debido a las condiciones climatológicas de esta región, con veranos calurosos e inviernos suaves al que se ha añadido un año especialmente lluvioso, sobre todo en primavera, causando una humedad alta, perfecto para la expansión del hongo.
El hongo puede reducir el rendimiento de la cosecha y afectar a la calidad de la uva, especialmente a las variedades destinadas a la producción de vinos finos. Pero quizás, si bien se puede combatir con una poda adecuada destinada a reducir la humedad o evitando la misma mediante la eliminación del riego por aspersión y sustituyéndolo por uno de goteo, así como el desbroce de la maleza colindante, es la poca eficacia de los fungicidas preventivos lo que más despistados tiene a los agricultores.
Para ser efectivos, estos productos deben aplicarse de manera preventiva, ya que una vez el hongo está presente, es más difícil controlarlo. La mezcla de sulfato de cobre y cal suele impedir que el hongo penetre en las células de la planta.
Hasta la fecha, el mayor debate giró en torno a otro fungicida, el Mancozeb, utilizado para crear una película protectora. La Comisión Europea decidió no renovar su autorización en 2020 en su uso en la agricultura por sospechar que afectaba al sistema endocrino. Sin embargo, cuatro años después, el TJUE (Tribunal de Justicia de la Unión Europea) anuló esta decisión y lo volvía a hacer legal, pero el Ministerio de Agricultura tardó en conceder los permisos para su reintroducción, lo que ha causado quebraderos de cabeza entre los profesionales.