Una fábrica al completo rinde homenaje a la última unidad de un coche que ha dado de comer a generaciones

No corren buenos tiempos para el automóvil europeo, o al menos tal y como lo conocíamos hasta el momento. La llegada del coche eléctrico y los coches chinos lo están cambiando todo y las fábricas europeas están dejando de ser rentables por sus elevados costes laborales.

En este caso, Ford es una de las marcas que peor lo está pasando y que primero anunció sus planes de futuro, que pasan por el cierre de alguna factoría y por concentrar una producción menor en otras como la de Almusafes en Valencia.

Costes laborales disparatados

Esta decisión llegó de la mano del cese de producción de uno de los modelos más importantes de su historia, un coche que llegó con la difícil misión de sustituir al mítico Escort y que no solo lo hizo bien, sino que rompió previsiones de venta.

Cuando fue lanzado en 1998 las críticas decían que el protagonista de esta historia, el Ford Focus, valía más de lo que costaba, y el tiempo ha dado la razón, porque se trata de un coche indestructible que ha llegado a fabricarse en numerosas plantas según versiones, incluso en Valencia.

Valía más de lo que costaba

Ahora, el final de la vida comercial y fabricación del Focus ha provocado el cierre de la factoría de Saarlouis en Alemania tras estar en funcionamiento entre 1970 y 2025, una fábrica en la que se producía fundamentalmente el Ford Focus.

Es difícil ver que todos los trabajadores de una fábrica, incluido los jefes, se reúnan para rendir un cálido homenaje a un coche, en este caso a la última unidad del Ford Focus. Una unidad blanca con acabado deportivo ST que realizó el paseíllo con dignidad tras casi 28 años en producción.

Ahora el futuro de la fábrica, que llegó a tener 4.000 trabajadores, está en el aire, y la marca ha confirmado que en el mejor de los casos conservará 1.000 empleados como una nave de recambios y de servicios en general, sin descartar la posibilidad de alquilársela o vendérsela a otra marca.