
Mirador de San Nicolás, lugar donde tuvo lugar la agresión a Agustín
Tres marroquíes propinan una paliza a un músico en Granada por afearles fumar porros delante de los niños
Agustín les recriminó «con educación» que estuvieran bebiendo y fumando porros delante de los hijos de unas madres que protestaban por su actitud
Defender a las madres a las que estaban molestando, así como reprocharles que fumaran porros delante de los niños, pudo salirle caro a Agustín, un músico gaditano de 48 años que actúa en el conocido mirador de San Nicolás de Granada.
Con el brazo escayolado y múltiples fracturas, fruto de la brutal paliza que le propinaron tres jóvenes de nacionalidad marroquí, el músico tendrá que pasar por quirófano al menos dos veces, lo que da cuenta de la virulencia del ataque.
Todo sucedió el pasado jueves, cuando este veterano músico actuaba con su grupo en el mirador que enamora al visitante por sus vistas a la Alhambra. En plena actuación, escuchó como varias madres allí presentes se quejaban por la actitud de los que casi acabarían con su vida posteriormente. «Estoy vivo de milagro», reconoce a Ideal.
A Agustín le pareció reprobable que los tres jóvenes estuvieran fumando porros y bebiendo junto a los niños, por ello, «me acerqué a pedirles un poco de respeto», recuerda a Ideal. «Se lo recriminé con educación». Acto seguido, lo siguiente fue recibir un botellazo en la cabeza y despertar ya aturdido «y con múltiples facturas» tras la paliza que recibió. «Estaba como muerto y seguían pisándome la cabeza y dándome patadas», sigue.
Brutal paliza
La factura física, además de la psicológica, estremece. La paliza le dejó sin dientes. «Llevo días sin comer, no aguanto el dolor». Por un ojo no ve nada debido a la hemorragia. Y tiene que ser operado de la mandíbula y la nariz, así como de la muñeca. «Me duele hasta el alma».
La Policía Local de Granada ha detenido ya a estos tres marroquíes por la agresión, y los ha entregado a las dependencias de la Policía Nacional. Agustín, que ya ha puesto la correspondiente denuncia, refleja que los agentes de ambos cuerpos estuvieron pendientes de él en el hospital. «Llevo 23 años aquí y últimamente noto más delincuencia en el barrio», lamenta.