Casa rural en la provincia de Sevilla.
El silencioso pero imparable alza del turismo rural en Andalucía: más ocupación y más gasto local
Este segmento, que vuelve a crecer en el primer semestre, contribuye a la desestacionalización del turismo en la comunidad
No son incompatibles. Playa y montaña o costa e interior son dos caras de la misma moneda en la oferta turística de una comunidad tan dependiente de este sector como Andalucía. Aunque en verano y en lo que conocemos como 'temporada alta', la costa es el rey indiscutible, incluso con los ligeros síntomas de agotamiento que pudiera haber ante el crecimiento de los precios, muchos visitantes optan por alejarse de las playas. Además, el turismo rural se crece en los fines de semana y puentes de la 'temporada baja'.
En los primeros siete meses, el turismo rural en Andalucía ha crecido en varios indicadores decisivos. Por ejemplo, el porcentaje de ocupación respecto al mismo periodo de 2024 se sitúa en un un 13,30 % más, hasta una ocupación del 47,59 %. Sube también la tarifa media diaria un 11,3 %: de 185 euros a 205,91. Aunque bajan muy ligeramente las pernoctaciones en establecimientos rurales (de ocho noches a 7,94) crece de en más de 20 euros la rentabilidad de los hoteles.
Para el presidente de la Asociación de Viviendas y Apartamentos Turísticos de Andalucía (Avvapro), Juan Cubo, la evolución «es muy positiva» y «la comunidad sigue ganando peso en el mercado nacional, especialmente en escapadas de fin de semana y turismo de interior», lo que constituye una «alternativa perfecta» al turismo de sol y playa.
Menos masivo y más distribuido
¿Cómo son estos turistas que se adentran en el interior de las provincias andaluzas? Generalmente, según Cubo, buscan «estancias más personalizadas» y muestran «un interés claro por el patrimonio, la gastronomía y el entorno natural». El gasto medio en comercios locales, restaurantes y actividades culturales es mayor en este segmento. «Es un turismo menos masivo y más distribuido en el territorio, al mismo tiempo que contribuye a desestacionalizar la demanda y a preservar tradiciones y oficios», señala el presidente de Avvapro.
Las sierras y serranías de las distintas provincias andaluzas son el destino de estos visitantes. En Cádiz destaca la Sierra de Grazalema y en Málaga, la Serranía de Ronda. Las Alpujarras, en Granada y Almería, son otro destino tradicional, mientras que en Huelva el lugar a visitar es la Sierra de Aracena y Picos de Aroche. El Parque Natural de Cazorla y Las Villas constituye el destino preferente en Jaén, provincia de interior. Son zonas de alto valor paisajístico, cultural y gastronómico que cada vez viven más del turismo.
Contra la despoblación
De hecho, según Cubo, es «importantísimo el fomento de la inversión en zonas despobladas» para generar empleo e impulsar negocios locales. El turismo puede ayudar a que estas zonas cada vez más vacías se refuercen mediante la hostelería, la artesanía y la agricultura.
Actualmente, hay 18.649 inmuebles turísticos rurales en la comunidad: 14.625 son viviendas turísticas de alojamiento rural y 4.024 casas rurales. «El futuro del medio rural pasa por fortalecer su competitividad, sostenibilidad y capacidad para seguir siendo un motor de dinamización económica, social y cultural», apunta Cubo. Por el momento, el turismo rural, pese al auge y la consolidación, no sirve para frenar la despoblación de estas zonas.