La lacra del tráfico de personas frente a la costa de Almería: «Los dejan a 200 metros y muchos no saben nadar»

l tráfico de personas ha vuelto a cobrarse vidas, esta vez, frente a las costas de Almería. Al menos siete inmigrantes han fallecido cuando viajaban en sendas pateras que cruzaban el Mediterráneo. Antes de tocar tierra, y según varios testigos, los patrones de las embarcaciones les obligaron a lanzarse al mar. Muchos no sabían nadar.

Los primeros en llegar al lugar de la tragedia fueron los voluntarios de Protección Civil. «Hemos recibido a las ocho de la mañana un aviso de una persona ahogada entre los puertos de Holcim y Endesa y nos hemos acercado con la embarcación. Había un pescador del pueblo que estaba esperando que llegáramos y al llegar nos encontramos el cuerpo y nos avisa de que hay otro flotando. Al llegar al segundo cuerpo nos hemos encontrado que había un tercero», señala Diego Soto, uno de los voluntarios, a EFE.

«A la hora nos han llamado otra vez de que turistas de la zona de la playa de Los Muertos han avisado de que había más personas, en este caso hundidas en el agua. Hemos llegado con el aviso de una persona a dos metros de profundidad y realizando el rescate nos hemos encontrado que había dos más hundidos», relata Soto.

«La playa de los Muertos lo malo que tiene son los temporales, el levante en este caso. Las corrientes te chupan para adentro. La gente se agobia, se cansa, empieza a salpicar y de los nervios acaba ocurriendo lo que acaba pasando», explica Soto.

Ahora no tocan tierra

El equipo recuperó seis cadáveres en apenas unas horas. Todos fueron trasladados en la embarcación de Protección Civil al puerto de Holcim en Carboneras, donde quedaron a disposición judicial. La Subdelegación del Gobierno ha sumado otro muerto más en la playa de Las Salinas, en Cabo de Gata, donde llegó otra patera con 37 personas a bordo.

«Últimamente, por desgracia, hay más avisos de patera y Salvamento Marítimo nos pide bastante colaboración para poder rescatar a estas personas lo antes posible. También para que la población no vea estos cuerpos, que, al fin y al cabo, no es algo agradable. Intentamos siempre hacerlo de la manera más rápida y que no se vean», señala a EFE Isabel Calahorro, coordinadora del servicio.

Sobre el modo en que llegan las embarcaciones, Calahorro apunta un cambio: «No es como antiguamente, que venían con una patera directamente, se encallaban en la arena, sino que ahora hay como una especie de lanzaderas que vienen desde el mar y llegan a las costas, dejan a las personas, ellos se piensan quizás que están cerca, a unos 20 o 30 metros, pero en realidad están a bastantes más».

«Hay gente que no sabe nadar y puede que sea por eso, porque antes era más fácil, encallaban en la arena directamente y se bajaban todos a pie de arena, pero ahora no, ahora los dejan a 200 metros y el que puede nadar bien y el que no…», lamenta.