Olivo de Fuentebuena
Jaén
Descubre el olivo más grande del mundo: patrimonio de la Unesco, récord Guinness y reclamo turístico de Jaén
El olivo de Fuentebuena mide más de diez metros de altura y produce alrededor de 600 kilos de aceitunas cada campaña
Hablar de olivos en Jaén es casi tan inevitable como hablar del sol en Andalucía. La provincia jiennense alberga más de 70 millones de olivos y lidera la producción mundial de aceite de oliva, símbolo y motor económico de toda la región. Entre esta inmensa extensión de árboles hay uno que destaca por su tamaño y longevidad. Se trata del olivo de Fuentebuena.
Este olivo no es un árbol cualquiera. Ubicado en Arroyo del Ojanco, en la parte occidental de la comarca de Sierra de Segura, se ha convertido en un lugar de peregrinaje para curiosos y amantes de la naturaleza. Contra viento y marea, ha resistido más de mil años y ha sido declarado Monumento Natural de Andalucía, además de ser reconocido como patrimonio por la Unesco.
El tamaño del olivo de Fuentebuena impresiona a simple vista. Mide más de diez metros de altura. El tronco alcanza los 4,80 metros de perímetro en la base y está dividido por dos grandes ramas de 2,10 y 2,80 metros de grosor. Su copa, además, tiene una proyección de 116 metros cuadrados y un diámetro de entre 11 y 13 metros. Estas dimensiones le han valido un lugar en el Libro Guinness de los Récords.
Así las cosas, habida cuenta de su tamaño, cada campaña genera alrededor de 600 kilos de aceitunas, aunque su mayor cosecha se sitúa en unos 850 kilos; una producción que supera con creces los 70 kilos que suele dar un olivo adulto en regadío. En el pasado se decía que podía producir distintas variedades de aceituna. Hoy se sabe con certeza que genera principalmente aceitunas de la variedad Picual, la más típica de Jaén.
Su antigüedad es otro de sus atractivos. Los expertos coinciden en que supera los mil años, una cifra a la que se unen las leyendas locales para dotar al olivo de un halo casi mágico. Algunos cuentan que fue plantado por los romanos; otros, que lo hicieron unos frailes tras la Reconquista. También pervive la creencia de que su imponente porte nació de una humilde ramita bendecida en un Domingo de Ramos.
En cualquier caso, más allá de su tamaño, producción y antigüedad, el olivo de Fuentebuena representa un símbolo vivo de la historia, la cultura y la tradición agrícola de Jaén. Es un testigo silencioso del paso del tiempo, de años de buenas y malas cosechas, así como un recordatorio de la profunda relación entre los jiennenses y el olivo, fuente de riqueza y orgullo local.
Todo el que quiera puede acercarse libremente a contemplar esta maravilla natural. Para llegar se recomienda partir del núcleo urbano de Arroyo del Ojanco y conducir durante aproximadamente una hora y cuarto hasta la carretera local JV-7.005, en dirección a Beas de Segura. Al pasar el cruce de Prados de Armijo, el olivo se encuentra a solo 50 metros de la carretera, lo que facilita la visita y la toma de fotografías.
Visitar este gigante milenario es adentrarse en un paisaje único, un mar de olivos que se extiende hasta donde alcanza la vista. Cada hoja, cada rama y cada fruto parecen contar la historia de generaciones que han cuidado y venerado este árbol extraordinario, que se ha convertido en un reclamo turístico del paraíso interior de Andalucía.