«Ni la alimentaba, ni le daba de beber, ni la aseaba»: culpable de dejar morir a su madre en El Puerto

Completamente «desatendida en sus necesidades más básicas». Así vivió sus últimos meses Gloria, una mujer de 88 años, en situación de dependencia, en El Puerto de Santa María, hasta su fallecimiento en la noche del 28 de marzo de 2022. De ella se encargaba, supuestamente, su hijo, pero, a la luz de los hechos, hizo todo lo contrario: dejarla morir.

El jurado popular ha declarado culpable a este vecino de El Puerto tras el juicio seguido en la Audiencia Provincial de Cádiz para determinar su responsabilidad en el estado de su progenitora. Esta, que sufrió un ictus en 2004 y padecía un deterioro progresivo que le hacía imposible valerse por sí misma, fue desatendida por su hijo, que, según la Fiscalía, «ni la alimentaba, ni le daba de beber, ni la aseaba».

La Fiscalía pide prisión permanente revisable una vez declarado culpable y reclama su inmediata entrada en la cárcel de manera provisional por riesgo de fuga, alegando que el procesado carece de arraigo, de trabajo y que no siempre ha estado a disposición de la Justicia durante la instrucción de la causa.

«No sirvo para cuidador»

El hombre, que se declaró «inocente», alegó en juicio que su «única» responsabilidad era la de haber sido «un mal cuidador». «No dejé de cuidar a mi madre, lo que pasa es que no la cuidé bien, no sirvo para cuidador», declaró. Aseguró que tardó en llamar al hospital porque «quería cuidarla solo». Al hospital, donde recaló finalmente Gloria tras la llamada de su hijo al 061, llega ya con un cuadro de «desnutrición extrema», según la Fiscalía. Gloria pesaba 33 kilos.

El auto judicial refleja que, «a pesar de ser consciente de la situación de su madre y pese a tener capacidad para ocuparse de ella, desatendió totalmente sus necesidades más elementales». Asimismo, «tampoco le procuró asistencia médica» hasta la noche del 28 de marzo de 2022 en que, poco después de entrar en el hospital, la mujer falleció.

Sin ningún trastorno mental

La vivienda de Gloria fue encontrada y fotografiada repleta de basura y en estado de abandono. El jurado popular ha determinado que el acusado podía discernir entre el bien y el mal y no padecía ningún trastorno mental, por lo que era consciente en todo momento de la situación de su madre y del desenlace que conllevaba.

La defensa del culpable pide una pena de asesinato en grado medio, de ocho años de prisión. Durante el juicio, según recoge Diario de Cádiz, alegó que su defendido «nunca tuvo intención de acabar con la vida de su madre» y que «es una persona torpe y con pocas habilidades sociales, pero su comportamiento no fue doloso».