Sesenta años de la riada de Chiclana, la terrible dana que desbordó el río y desalojó a 3.000 familias

Lo inconcebible, lo milagroso, es que no muriera nadie. La riada de Chiclana de 1965 fue sorpresiva y devastadora, arrasó el pueblo y obligó a desalojarlo entero: hasta 3.000 personas tuvieron que abandonar sus casas. Además de las copiosas lluvias fruto de lo que hoy llamamos dana, se sumó la pleamar para hacer mayor destrozo junto con el desbordamiento del río Iro. El pueblo entero quedó anegado.

Todos los que vivieron aquella terrible jornada del 19 de octubre de 1965 coinciden en una frase que sirvió de título a un documental que recordaba en 2015 este sucesos: Si llega a ser de noche... Así lo expresaba una vecina, Joaquina Marín: «Si aquello en vez de las doce del día hubiese sido a las doce de la madrugada, ahí se salva poca gente. Fue una suerte muy grande, muy grande, de que no muriera nadie».

Con todo, la huella y el trauma de la famosa riada del 65 ha seguido en la memoria de los chiclaneros, que cada otoño miran al cielo y recuerdan aquellos hechos que obligaron a repensar la localidad y han marcado sus siguientes décadas. Ahora, coincidiendo con los sesenta años de la catástrofe, el Ayuntamiento ha inaugurado una exposición con fotografías originales, planos de la ciudad, publicaciones de prensa y maquetas de edificios.

Una llamada de atención

«Esta exposición puede servir para que aquellos que vivieron la riada puedan recordar las imágenes de lo que pasó, así como para que aquellos que no la vivieron puedan conocerla aún mejor», asegura el alcalde chiclanero, José María Román. Para el regidor, además de un acto de memoria y homenaje, conocer lo que sucedió en el 65 debe servir de impulso para evitar catástrofes de este tipo.

«En estos días estamos conmemorando el 60 aniversario de la riada de Chiclana por recordar lo que ocurrió, pero también para volver a decirle a las administraciones competentes la tarea pendiente que hay con Chiclana en cuanto al control de la inundabilidad en el río Iro», señala. Román recuerda que ha habido inundaciones periódicas: 1962, 1965, 1996, 2010... «Eso debe hacernos ver la importancia de las actuaciones pendientes en cuanto al control del caudal aguas arriba, tras las obras de canalización que se llevaron a cabo», añade.

Aquella mañana del 19 de octubre de 1965, el desbordamiento arrasó las barriadas de El Pilar, El Carmen, y buena parte del centro urbano. El agua alcanzó hasta siete metros de altura en algunos puntos y se llevó por delante infraestructuras emblemáticas como el Puente Chico, el Teatro García Gutiérrez y el Kiosco de la Música. Muchas familias perdieron sus efectos personales y el barro y los escombros permanecieron durante mucho tiempo, en imágenes semejantes a las vividas en Valencia hace ya un año.