Un grupo de personas se concentran a las puertas de la Ciudad de la Justicia de Málaga en apoyo al sacerdote de Barcelona Custodio Ballester que va a ser juzgado por un delito de odio tras unas declaraciones en las que alertaba sobre el yihadismo radical y el islamismo violento y que se enfrenta a una petición fiscal de tres años de prisión. EFE/Carlos Díaz
Málaga
La Fiscalía solicita en el juicio cárcel para el Padre Custodio: «Se ha venido a hacer política y no justicia»
«Si estuviéramos en Pakistán o Afganistán habrían solicitado pena de muerte, pero como estamos en España, solo me han pedido tres años», ironiza al respecto Custodio Ballester
El Padre Custodio Ballester y otros dos acusados, Armando Robles, director del medio Alerta Digital y Jesús Calvo, han sido juzgados este miércoles en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Málaga por un presunto delito de odio tras unas declaraciones en las que alertaba sobre el yihadismo radical y el islamismo violento.
La Fiscalía de Málaga ha ratificado sus conclusiones en el juicio, solicitando el cierre del medio digital, así como cuatro años de prisión para su director, y tres años de cárcel para los sacerdotes.
El ministerio público acusa al citado medio de haber publicado desde 2013 «artículos de opinión dirigidos a sembrar un sentimiento de animadversión, discriminación y hostilidad frente al colectivo inmigrante», especialmente contra personas de origen magrebí y religión musulmana.
Una acusación que ha negado, en declaraciones a los medios de comunicación, el director del medio. «Todo se basa por parte de la Fiscalía en una supuesta trama de inducción al odio pero en base a informaciones que no se han podido acreditar que sean falsas».
«Lo que hicieron en mi programa de televisión fue advertir de la presencia en Cataluña de una rama del Islam radical que había penetrado en algunas mezquitas y hacían difíciles la convivencia», ha añadido.
Política y no justicia
El abogado de los acusados, Estanislao de Cosca Fernández, que pide la absolución o una pena mínima, ha lamentado la «instrumentalización» que a su juicio se ha producido por parte del fiscal que hizo el escrito de acusación. «Se ha venido a hacer política y se ha conseguido, aquí hoy no se ha venido a hacer justicia».
«No hay odio ni violencia contra un grupo o personas determinadas», incidió posteriormente durante la vista.
«Yo siempre me he referido a un colectivo radicalizado y eso es lo que he explicado, estoy tranquilo pero he explicado el contexto, estoy tranquilo. Si estuviéramos en Pakistán o Afganistán habrían solicitado pena de muerte, pero como estamos en España, solo me han pedido tres años», ha ironizado Custodio Ballester.
El sacerdote de Barcelona Custodio Ballester (d), a su llegada a la Ciudad de la Justicia de Málaga
Apoyo a los acusados
Medio centenar de personas se han congregado este miércoles en la Ciudad de la Justicia de Málaga con motivo de este juicio para mostrar su apoyo a los acusados, recibiéndoles con oraciones y mostrándose a favor de sus alegatos durante la celebración de la vista oral.
Estas manifestaciones de apoyo también se han visto en Madrid, donde la presidenta de Abogados Cristianos, Polonia Castellanos, ha presentado más de 27.000 firmas recogidas para pedir a la Fiscalía de Delitos de Odio que retire la acusación contra el padre Custodio.
Libertad de prensa o delito de odio
La presidenta de esta asociación ha expresado que con esas publicaciones «se demoniza a todo un colectivo» y ha mostrado su alarma ante este tipo de mensajes en los que hay «una pérdida de respeto, por ejemplo, cuando a un ser humano se le considera una plaga». «Puedo sentirme amenazada y me preocupa la seguridad de mis hijos y que genere más hostilidad hacia mi colectivo», ha aseverado, ya que, ha apuntado, «soy considerada el enemigo».
En su informe final, el fiscal, ha destacado que en este tipo delictivo no hay que demostrar el daño y ha aludido a la línea «difusa» entre la libertad de expresión y de prensa, que solo puede verse y entenderse en el marco de las leyes, «o nos estamos metiendo en el discurso del odio».