Clásicos edificios de Puerta Blanca, ahora a precio de lujo
Málaga
De obrero a rico: la metamorfosis de dos barrios de Málaga donde vivir es un lujo
El precio de la vivienda roza los 4.000 €/m² en calles como Banda del Mar, con una revalorización del 60 % en siete años que expulsa a los vecinos tradicionales
Los números no dejan lugar a dudas. Según los últimos datos del portal Idealista, el precio medio de la vivienda usada en Trinidad-Perchel supera los 3.250 €/m². Pero son los extremos los que revelan la verdadera tendencia. En la calle Banda del Mar, áticos reformados con vistas despejadas se ofertan por encima de 4.000 €/m², rozando el medio millón de euros por vivienda. Hace una década, difícilmente superaban los 1.500 €/m².
Este salto estratosférico tiene causas concretas. La primera es la ubicación puente: a diez minutos andando del Centro Histórico y de la Estación María Zambrano. La segunda, el agotamiento total del suelo en el centro, que ha redirigido toda la inversión hacia estas zonas. La tercera es un cambio generacional en la propiedad. Los edificios de los años 50 y 60, construidos para obreros, han ido pasando a manos de fondos y promotoras que ejecutan rehabilitaciones integrales de lujo.
Rehabilitación de lujo
Edificios concretos han actuado como locomotora. La completa rehabilitación de un bloque de los años 60 en la confluencia de las calles Cantera y Almona es un ejemplo. Tras una reforma que incluyó nueva fachada ventilada, ascensor y redistribución de viviendas, los pisos se comercializaron a partir de 3.800 €/m². Otro hito fue la promoción de viviendas de nueva planta en Mainake, que han reconfigurado los precios de la zona. En Yaencontré, un piso de 162 metros cuadrados y cuatro habitaciones cuesta casi 600.000 euros. Y entre los edificios más antiguos, un piso de tres habitaciones ronda los 230.000 euros.
Los precios en estos pisos de nueva construcción en Puerta Blanca superan el medio millón de euros
El nuevo residente es un profesional, a menudo extranjero o teletrabajador, que busca autenticidad y proximidad. «Antes se venía a Trinidad por necesidad, ahora se elige por deseo», comenta Juan Alba, un vecino. Los antiguos locales dedicados a la venta de materiales o arreglos han dado paso a una oferta distinta. Lo cierto es que ahora proliferan los estudios de estética avanzada, clínicas de fisioterapia y nutrición, y pequeños gimnasios boutique. La hostelería también ha dado un salto cualitativo, con la apertura de cafeterías de tercera ola y gastro-bares con cartas de autor, alejados del modelo tradicional de tapa.
La antigua Puerta Blanca en los años 70
Pero los cambios drásticos conllevan tensión social. «Llevo 40 años aquí. Mi comunidad hizo una reforma básica y mi recibo de la contribución se multiplicó. No es mi lujo, pero pago por él», explica Carmen Ruiz, vecina de la calle Banda del Mar. El alquiler es la gran barrera: según el Observatorio de la Vivienda, el precio medio por metro cuadrado en alquiler ha subido un 22 % en un año, haciendo inalcanzable el barrio para los perfiles tradicionales.
El fenómeno no tiene freno. La expectativa por la urbanización de los suelos ferroviarios colindantes y la llegada de más profesionales consolidarán esta nueva identidad. Trinidad y Puerta Blanca ya no son el patio trasero de Málaga, sino su nuevo salón de lujo, en una transformación que reescribe la historia de la ciudad, pero deja atrás a una parte de su vecindario.