En la Semana Santa de 1932 las hermandades optaron por no salir...menos una

En la Semana Santa de 1932 las hermandades optaron por no salir...menos una

Semana Santa 2024

La cofradía sevillana que en 1932 realizó una «valiente» salida que le costó recibir varios disparos

Durante los años de la Segunda República y en un ambiente revolucionario y anticlerical, suponía todo un riesgo salir a procesionar

Una cofradía de Sevilla recibe el nombre de ‘La Valiente’, si nos atenemos a lo sucedido en 1932.
Eran los complicados años 30, de ambiente revolucionario desde la proclamación de la Segunda República.
Hoy fijamos nuestra atención en la cofradía de La Estrella, cuyos miembros decidieron salir durante la Semana Santa de aquel año, lo que les valió recibir varios disparos y habiendo rechazado las disposiciones del resto de las cofradías y hermandades que renegaron de salir por la inseguridad reinante.
En este ambiente se celebró la Semana Santa de aquel año 1932

En este ambiente se celebró la Semana Santa de aquel año 1932

Desafío arriesgado

Nos remontamos al Jueves Santo de 1932, que en aquel entonces cayó en 24 de febrero.
La Estrella fue la única de la ciudad que optó por desafiar las presiones revolucionarias para hacer su estación de penitencia.
Hay que ponerse en contexto. Durante los años 1931 y 1932 fueron frecuentes los enfrentamientos obreros y sindicales con las fuerzas del orden. La opinión publica estaba conmocionada desde que el 31 de diciembre se produjeron los sucesos de Castilblanco (Badajoz), donde varios guardias civiles fueron linchados con palos, piedras y cuchillos.
La falta de trabajo y la situación de precariedad ahondaron las diferencias sociales bajo el bienio social-azañista (1931-1933). En 1932 se produjo también el golpe de Estado del general Sanjurjo, exponente del malestar del Ejército con la situación revolucionaria y política.
En la cuestión religiosa, se había producido una indisimulada secularización de la vida pública, la disolución de la orden de los jesuitas y la nacionalización de sus bienes. En las calles, era patente un ambiente anticlerical con la que se llegó a esta Semana Santa y del que Sevilla no se libró.

Entre unos y otros

Fue una Semana de Pasión a la que se llegó tras la proclamación de algunos artículos donde se dictaminaba que el Estado español no tenía religión de ningún tipo oficial.
El ambiente en las calles se trasladó hasta las hermandades, donde casi todas declinaron realizar sus respectivas estaciones de penitencia para no exponerse a la falta de seguridad.
Ahí apareció la de La Estrella, que entendió que esta Semana Santa estaba siendo utilizada por los dirigentes de uno y otro bando como arma de presión política.
Esta cofradía radicaba entonces en el templo de San Jacinto, y contra todo pronóstico, decidió saltarse la imposición o decisión del resto de hermandades, un gesto que le valió la incomprensión de propios y extraños. Las autoridades no podían garantizar su seguridad, la izquierda revolucionaria deseaba la ausencia de símbolos religiosos por las calles, y la derecha menospreció el gesto llegando incluso a tildarlos de «esquiroles». No le interesaba que hubiera procesiones por las calles.
La respuesta de la hermandad es que ellos se debían al pueblo, recordando la condición humilde de muchos de sus miembros.
Según recogen las crónicas de la épica, La Estrella procesionó entre gritos y abucheos de los alborotadores y vivas de los partidarios de La Virgen de la Estrella. En la calle Sierpes, según asegura el periódico El Liberal, la procesión recibió una pedrada, anticipo de lo que se venía.
Cuando la Virgen se disponía a entrar por la Puerta de San Miguel, se dispararon dos cohetes que impactaron en el manto. Al desconcierto se le unió el sonido de varios disparos de pistola, lo que hizo que el público presente corriera en varias direcciones. El autor de dichos disparos fue localizado y habría sido víctima de un linchamiento público de no haber intervenido a tiempo la guardia civil.
Desde entonces, esta cofradía se ganó el apodo de ‘La Valiente’, y no es para menos.
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