Turrón de la Reina

Turrón de la ReinaTurismo de Menorca

El turrón que nació para honrar a Isabel II: la joya de la corona de los dulces menorquines navideños

El Museo de Can Saura de Ciudadela lanza una iniciativa para preservar esta receta única, y que no caiga en el olvido entre las nuevas generaciones

En 1860, la Reina Isabel II desembarcó en Menorca, y los confiteros locales quisieron obsequiarla con una nueva creación. Un dulce que fuera distintos a todos los conocidos hasta entonces, que destacara por su delicadeza y elegancia, idóneo para toda una monarca. Más de un siglo y medio después, el Museo de Can Saura de Ciudadela ha impulsado una iniciativa para que, aquel turrón ideado para una ocasión tan especial, siga sobreviviendo en la memoria de la isla.

El Turrón de la Reina

Haciendo honor a la causa de su creación, este dulce recibe el nombre de turrón de la Reina, una de las elaboraciones más singulares de Menorca. Su historia, ingredientes y valor patrimonial, siguen intactos por iniciativas como las del Museo de Can Saura, que este jueves organizó un taller para aprender a hacer este turrón tan real, y otros dulces históricos menorquines. Adaptando nuevas técnicas para facilitar su elaboración y conservación, el objetivo es mantener viva la memoria de este alimento, patrimonio gastronómico y símbolo de la tradición navideña de la isla.

Un origen histórico detrás

La historia de este turrón está ligada de forma inseparable a la mítica visita de Isabel II a la isla en 1860. Los pasteleros se propusieron crear algo propio, pero acorde a los productos locales y el sabor mediterráneo de la época. Este gesto que pretendía rendir honor a la Corona, se fue integrando con los años en la tradición culinaria navideña menorquina, transmitiéndose de generación en generación hasta el día de hoy.

La sencillez como seña de identidad

A diferencia de otros turrones populares del resto de España, esta variedad se caracteriza por su textura suave, parecida a la de un mazapán. La receta tradicional se elabora con almendra molida, azúcar y ralladura de limón, y se presenta habitualmente entre obleas. Un dulce fino, equilibrado y nada empalagoso, pensado para consumir en pequeñas porciones durante las sobremesas de las fiestas. Esa sencillez marca la seña de identidad de un turrón que ha sobrevivido al paso del tiempo.

Este dulce sigue siendo sinónimo de Navidad en Menorca. Aunque no se trata de un producto de gran consumo durante el año, representa como pocos la autenticidad del territorio. Además, historias como la del turrón de la Reina demuestran la riqueza, no solo gastronómica, sino histórica de España y, por supuesto, la extensa tradición navideña propia en cada región del país.

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