El Rey, investido doctor honoris causa por el rector de la Universidad de Alcalá de Henares
Casa Real El Rey pide «claridad» en el lenguaje jurídico porque el Estado de Derecho exige comprender las normas
Don Felipe ha sido investido doctor honoris causa por la Universidad de Alcalá de Henares
El Rey ha pedido este jueves un esfuerzo para lograr «la claridad y la accesibilidad del lenguaje jurídico, en particular desde las instituciones» porque el discurso del «lenguaje claro y accesible es un discurso profundamente ético», ha afirmado. Don Felipe ha sido investido esta mañana doctor honoris causa por la Universidad de Alcalá de Henares, en una solemne ceremonia en la que ha estado acompañado por la Reina y en la que ha dirigido una lección magistral dedicada a reflexionar sobre la claridad, la ética, la seguridad jurídica y el lenguaje.
Don Felipe ha recordado que «el Estado de Derecho exige asegurar que se comprenden los actos y las normas jurídicas», como recoge el informe de la Comisión para la Modernización del Lenguaje Jurídico de 2011. Y ha añadido que dicho informe señala también: que «la claridad en la expresión oral y escrita de los profesionales del Derecho incrementa la seguridad jurídica, permite que las personas conozcan sus derechos y obligaciones, sepan cómo y ante quién hacerlos valer, e incrementa la confianza y la participación en las instituciones».
El Rey ha recurrido a una cita de Cervantes para reforzar su mensaje: «Nunca la lanza embotó la pluma, ni la pluma la lanza», dijo don Quijote a Sancho Panza. Y ha agregado: «Así debe ser la lengua del derecho en los ámbitos judicial, administrativo y legislativo: tan precisa como equilibrada, tan transparente como incisiva. Porque el derecho es ante todo comunicación, ordenación de la convivencia, solución de los problemas prácticos y tangibles de los ciudadanos».
Por todo eso, el Jefe del Estado ha pedido a los juristas que se comprometan a «comunicar con claridad» y a «volcar la complejidad del pensamiento jurídico en un lenguaje que lleve al ciudadano a sentirse parte de la Administración y no mero administrado, que potencie y no inhiba su voluntad de participar en la cosa pública».
Los Reyes, en la Universidad de Alcalá de Henares
Con este llamamiento ha terminado el discurso de ingreso del Rey en la Universidad de Alcalá, tras una ceremonia solemne y cargada de simbolismo, a la que han asistido el presidente del Senado, Pedro Rollán; la ministra de Ciencia y Universidades, Diana Morant; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y la alcaldesa de Alcalá, Judith Piquet, entre otros.
Tras ser recibido en la puerta de la Universidad por el rector, José Vicente Saz Pérez; el Rey se ha dirigido a la sala de autoridades donde se ha revestido para la ceremonia con la toga y la muceta, roja en este caso por corresponder a las Ciencias Jurídicas. Y, desde allí, ha acudido con la Reina a la estatua del cardenal Cisneros, antes de acceder al Paraninfo, acompañado por su padrino, Miguel Rodríguez Blanco, catedrático de Derecho Eclesiástico del Estado y secretario general de la Universidad.
El Rey, referente de concordia
En su laudatio, Rodríguez Blanco ha afirmado que el Rey, «con su ejemplo, su serenidad, su compromiso con la democracia y atención a los sectores más vulnerables y desfavorecidos de nuestra sociedad, es un vivo testimonio del espíritu sobre el que Cisneros edificó su proyecto predilecto». Y ha añadido que Don Felipe «es un referente de la concordia, un baluarte del Estado social y democrático de Derecho configurado por la Constitución de 1978. Un auténtico transformador de nuestra sociedad».
Tras la laudatio, el Rey prestó juramento, recibió los atributos -el título doctoral, el birrete laureado, el libro de la Ciencia, el anillo y los guantes blancos- y dio un abrazo a su padrino, momento en el que se produjo la anécdota de la jornada, porque se le cayó el birrete a Rodríguez Blanco.
Don Felipe dirigió su lección magistral y el acto fue cerrado con la gratulatoria del rector, en la que expresó su satisfacción por contar con un nuevo doctor honoris causa en su claustro. Con el Gaudeamus igitur terminó la solemne ceremonia.