
Vista de Torremochuela con su frontón
El pueblo de Guadalajara al que podía haber cantado U2 porque sus calles no tienen nombre
Torremochuela solo tiene verdadera vida en agosto, cuando deja de ser casi la Comala de Pedro Páramo y se convierte en en un alegre lugar de veraneo por sus fiestas
No se sabe muy bien cuántos habitantes tiene Torremochuela, en Guadalajara. Si seis, ocho o diez. El censo dice una cifra y la Diputación otra. Quizá los propios habitantes lo sepan. Pero tampoco es un dato que tenga mucha importancia por lo mínimo en cualquiera de los casos.

Casa de Torremochuela con su piedra típica
El pueblo está lejos de la capital, no solo de Madrid, sino también de Guadalajara. 150 kilómetros le separan de ella. Torremochuela solo tiene verdadera vida en agosto, cuando deja de ser casi la Comala de Pedro Páramo y se convierte en un alegre lugar de veraneo por sus fiestas. Más allá de agosto todo es tranquilidad y frío.
Solo está nombrada la plaza
Silencio en las calles que no tienen nombre. Nada las identifica como en la famosa canción de U2, Where The Streets Have No Name, pero en sentido real y no figurado.
La piedra idéntica casi parece mimetizar todo el pueblo, incluida la Iglesia parroquial a la Purificación de Nuestra Señora. Mochuela viene de «mocha», «pequeña», según la RAE. Lo de la torre ya es cosa del medievo, presente en los alrededores, donde también hay parajes inolvidables. La única placa que existe es la de la Plaza de María Cristina, al lado de la Iglesia. Torremochuela es un lugar para perderse donde uno no se puede perder.