Albaricoque «moniquí»

Albaricoque «moniquí»

El manjar de Albacete que esta temporada no se podrá disfrutar

Dos granizadas arrasan con casi la totalidad del albaricoque en Tobarra

Uno de los productos estrella del verano, el albaricoque moniquí, no podrá ser disfrutado este año por los comensales del territorio nacional ni extranjero. Dos granizadas, la primera el 4 de abril y la segunda a principios de mayo han arrasado con cerca del cien por cien de la producción de albaricoque. Este fruto supone el motor económico de gran parte del municipio y el daño meteorológico no solo afecta a agricultores, ya que se estima una pérdida de cerca de diez mil jornales.

Las condiciones climáticas habituales en las tierras tobarreñas propician el ideal desarrollo de diferentes clases de albaricoque como pepito, bulida o moniquí, siendo este último el más apreciado por los consumidores españoles. Se trata de un fruto más grande que el resto de sus similares, en el que se destaca su piel suave, aromas agradables y, por supuesto, su sabor único.

La variante moniquí es muy delicada, por ello no se da en cualquier territorio. Pero en Tobarra cuenta con unas condiciones óptimas, sin grandes heladas, que propician su cultivo. Aun así, este albaricoquero es un árbol que necesita de la polinización de otras clases, que los agricultores incluyen en sus terrenos.

Un desastre «nunca visto»

Actualmente, según comenta el gerente de la Cooperativa San Roque de Tobarra, David Díez, la campaña se encuentra en interrogante y es que de los 650 socios, tan solo alrededor de ochenta tienen algo de fruta en sus árboles. El estado actual de las arboledas de albaricoque presenta una alfombra de hojas, ramas, fruta y árboles dañados en alrededor de trescientas hectáreas, en las que se ha perdido, mínimo, el ochenta por ciento de la cosecha. En cuanto al daño económico referente a las perdidas de beneficios, David Díez los estima de entre siete mil y ocho mil euros por cada hectárea.

Albaricoques dañados por el granizo en Tobarra

Albaricoques dañados por el granizo en TobarraCasto Pérez

Las posibilidades actuales de mercado son remotas y pasan por vender el producto, mordido y picado, a la industria donde podría convertirse en zumo, crema o mermelada. El gerente de la cooperativa, además comenta que una posible salida puede encontrarse en República Checa, donde se utiliza en el proceso de la destilación de alcohol.

Los agricultores locales lo catalogan de algo «nunca visto», ya que no recuerdan una campaña de catástrofe semejante. Para más inri, tendrán que asumir el coste de quitarlo del árbol para la correcta recuperación del árbol, lo que no conlleva ningún tipo de beneficio. La mayoría de ellos no cuenta con seguro que les ampare por su elevado coste y los pocos que sí, no van a recibir la totalidad de lo perdido.

Consecuencias para los jornaleros

La mano de obra es otra de las grandes afectadas, por ejemplo en la cooperativa consultada habitúan a tener unos veinte trabajadores mientras este año van a contratar tan solo a tres. Si al albaricoque sumamos las perdidas en productos como alcachofa, brócoli, melocotón o nectarina, se estima que se perderán cerca de diez millares de jornales.

Uno de los clásicos del verano no aparecerá en los fruteros de los hogares españoles y los agricultores afrontan un año de 48 meses pensando en la correcta sanación de los árboles dañados para que la próxima campaña el albaricoque moniquí vuelva a recorrer toda España.

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