¿Qué significa ser Capital Europea de Cultura?: Toledo y una estrategia basada en su «legitimidad histórica»

Con el auge del turismo, las opciones de viajar a lugares soñados se han ampliado, acercando la posibilidad de descubrir nuevos núcleos culturales a la sociedad. Si bien Europa cuenta como una de las cunas del saber en la antigüedad, España posee un buen número de ciudades y rincones dignos a visitar y que elevan a sus territorios como algunos de los destinos favoritos para personas de todo el mundo.

De la mano del bagaje cultural, cada año, una de las ciudades de Europa tiene el privilegio de presentarse como capital de la cultura. Una manera de situarse como epicentro de la cultura, exponiendo las riquezas culturales e históricas que proyecten la imagen de la ciudad por el continente.

Más allá del gusto que presenten los turistas, ser capital cultural requiere cierta estructura para poder transferir el legado en cuanto a conocimientos y experiencias, que resulten en un impulso para la ciudad. El proceso de selección comienza con seis años de antelación y ser nombrado con tal honor, supone una renovación para los espacios y estructuras culturales.

Toledo se presenta como una de las posibilidades más destacadas para el año 2031. El trabajo camino al sueño ya está en marcha, con el objetivo de acoger la llegada de manifestaciones artísticas que se producirían de resultar elegida. Desde 1985, cuando Atenas fue elegida, solo cuatro ciudades españolas han recibido tal prestigio: Madrid (1992), Santiago de Compostela (2000), Salamanca (2002) y San Sebastián (2016).

¿Qué supone ser Capital Europea de la Cultura?

Toledo es una de las ciudades con mayor interés histórico, por su importancia a lo largo del tiempo y su gran poso cultural presente en su casco antiguo, rodeado por el Tajo para definir un enclave único. Su gran oferta para el turista y el saber acogido en sus calles, otorgan a la ciudad todas las características necesarias para abanderar la cultura europea en 2031.

La ciudad, de ser elegida, obtendría el honor de fomentar su contribución a la historia, compartiéndola con todo el continente. La designación impulsa el interés por la cultura y la capacidad que tiene el sector para llegar a más público, intercambiando con otras culturas y estrechando vínculos con otros sectores colaborativos.

Cada ciudad elegida, debe también mostrar la identidad europea, dedicando parte de los esfuerzos a homenajear el tránsito del conocimiento por el territorio europeo a lo largo del tiempo. Así nació la identidad europea y Toledo quiere ser el faro de esta narrativa en 2031. La ciudad, además tendría que asumir una evolución social a través de la cultura, dando ejemplo de la importancia de la transmisión cultural.

La diversidad que forma el sentimiento europeo aterrizaría en Toledo, lo cual serviría para poner la ciudad a punto con inversión en mejora de espacios, recompensado con el impulso turístico y económico resultante de ser capital. Toledo sumaría un mayor altavoz de cara a su promoción internacional, con expectativas de aumentar el tejido en materia de empleo, por el aumento de visitantes.

Misión: Toledo 2031

Pese a que se lleva un tiempo trabajando en la candidatura, no ha sido hasta la presentación oficial del proyecto cuando se han aportado nuevos detalles sobre la misma. La ambición de la ciudad para albergar tal privilegio, aventuraba al alcalde, Carlos Velázquez, a considerar a la «legitimidad histórica», como gran tesoro para ser elegidos. La oportunidad merece la pena y se pretende «situar la cultura en el centro de las políticas, en el corazón de la ciudad, como piedra angular de su desarrollo».

«Es una oportunidad con mayúsculas para volver a convertir a Toledo en luz de Europa, recogiendo lo mejor de nuestro legado y proyectándolo al futuro», ha señalado, recordando a Toledo como Ciudad Patrimonio de la Humanidad y como «luz de Europa en tiempos de Alfonso X el Sabio y la Escuela de Traductores».

El Gobierno ya ha destinado cerca de 40 millones de euros en materia cultural en los últimos cinco años. A lo largo de estos años también se han llevado a cabo actuaciones en los museos de Toledo, dependientes de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, por importe de más de 1,2 millones de euros.

A ello hay que añadir que se han llevado a cabo actuaciones en patrimonio eclesiástico, en el área de artes escénicas, bibliotecas o archivo histórico provincial. Para concluir, Velázquez defendía a la cultura como un elemento vertebrador de la sociedad toledana y europea, y ha asegurado que la cultura «hace mejores personas, y las mejores personas hacen mejores ciudades».