Daniel Martín
ContracrónicaDaniel Martín

Castilla y León desmonta sus tópicos y recibe calurosamente a El Debate

La nueva delegación se presenta en Valladolid ante casi dos centenares de asistentes, entre políticos de todo signo, autoridades eclesiásticas o referentes del mundo empresarial

Valladolid Actualizada 09:01

Alfonso Fernández Mañueco, presidente de la Junta de Castilla y León, Bieito Rubido, director de El Debate, Jesús Julio Carnero, alcalde de Valladolid y Raúl Delgado, vicepresidente de GEE

Alfonso Fernández Mañueco, presidente de la Junta de Castilla y León, Bieito Rubido, director de El Debate, Jesús Julio Carnero, alcalde de Valladolid y Raúl Delgado, vicepresidente de GEEPaula Argüelles

No vamos a abundar aquí en el perfil de las gentes de Castilla y León, algo que ya han hecho antes y mucho mejor algunos literatos como Machado o Delibes. Tampoco venimos a desmentir las interesadas y furibundas críticas que de las mismas se ha hecho desde algunos nacionalismos periféricos.

Nos basta con desmentir, en base a un hecho concreto, algunos de los tópicos más recurrentes, que pasan por ese carácter frío y seco, e incluso antipático. Nada de eso se vio la noche de este jueves en el AC Hotel Palacio de Santa Ana de Valladolid, donde la nueva edición autonómica de este diario se presentó arropada por casi dos centenares de asistentes.

Al acto asistieron, entre otros, el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, el alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, representantes del mundo empresarial castellanoleonés, el arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Argüello, y un bien nutrido grupo de dirigentes políticos.

Unos más, otros menos, como es lógico, pero todos ellos recibieron calurosamente a este medio en su llegada a la región. Una tierra que, al igual que El Debate no es un periódico digital más, tampoco es la castellanoleonesa una comunidad autónoma cualquiera. No tendría mucho sentido desmenuzar la trascendental historia de este territorio, no solo para España, sino para toda la hispanidad y para el mundo occidental.

Castilla y León, aunque envejecida y despoblada en función de su amplio territorio, es hoy una región próspera y de futuro gracias a sus gentes, esas a las que se acusa con frecuencia de rancias o bordes y que anoche, al menos en la representación que acudió a darle la bienvenida a este periódico, demostró justamente lo contrario e hizo, asimismo, gala de otros atributos arquetípicos que, en esta ocasión sí que son ciertos: la sencillez, la seriedad y la honestidad.

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