Las gentes pedían autonomía para sus ciudades, sus pueblos. Caso de Segovia y de Almería

Las gentes pedían autonomía para sus ciudades, sus pueblos. Caso de Segovia y de AlmeríaEl Caso

Cuando Segovia estuvo a punto de tener su propia comunidad autónoma

Durante la Transición, la provincia de Segovia protagonizó un episodio poco conocido dentro de la historia de España

Durante la Transición española, la provincia de Segovia protagonizó un episodio poco conocido dentro de la historia de España: todo empezó, cuando a mediados de 1981 sus instituciones quisieron desmarcarse de la decisión de formar parte del entramado autonómico de Castilla y León, para constituirse como comunidad uniprovincial. Este intento, apoyado por la mayoría de ayuntamientos segovianos, terminó dándose de bruces contra el suelo por decisiones políticas de la UCD y el PSOE.

A finales de los 70, el clima de cambio con la Transición, y la llegada de la Constitución de 1978, trajo consigo la reforma territorial del Estado español. La Constitución era el marco que abría la puerta a que las diferentes regiones y provincias pudieran constituirse en autonomías. Para que el número de autonomías no fuera elevado se propuso que Segovia formara parte de la preautonomía de Castilla y León.

Sin embargo, en 1981, la Diputación Provincial de Segovia decidió desmarcarse de esta decisión: propuso que la provincia se constituyera como comunidad autónoma uniprovincial. Algo que estuvo a punto de materializarse. 178 de sus 210 ayuntamientos apoyaron la idea. El punto clave llegó el 7 de octubre de 1981, cuando Cuéllar, la segunda localidad más importante de la provincia, votó también a favor. Así, se cumplían los requisitos del artículo 143 de la Constitución para convertirse en comunidad propia. Esto no era nada extraño ya que ya se contaban con ejemplos de provincias uniprovinciales como La Rioja o Cantabria.

Un cambio obligado e inesperado

Pero en cuestión de semanas, todo cambió. Cuéllar, bajo presiones políticas, repitió la votación el 3 de diciembre de 1981 y cambió su postura: ahora estaba en contra de la autonomía segoviana. Con ese movimiento, se invalidaba todo el proceso iniciado. A pesar de las protestas, el plazo constitucional de seis meses para formalizar la iniciativa venció el 31 de enero de 1982. Y Segovia perdió su oportunidad.

La ciudadanía no se quedó callada. El 20 de enero de 1982, miles de personas se manifestaron en la plaza del Azoguejo, bajo el Acueducto. Fue una protesta multitudinaria, con paraguas y banderas españolas.

El PSOE cierra el mapa

En octubre de 1982 llegó el PSOE de Felipe González al Gobierno con mayoría absoluta. Su prioridad: cerrar el mapa autonómico cuanto antes. En marzo de 1983, el Congreso aprobó la Ley Orgánica 5/1983, por la cual Segovia fue incorporada de forma automática a Castilla y León invocando el 'interés nacional'. El argumento era que no podía quedar una provincia fuera del sistema general de autonomías, ignorando la voluntad expresada meses antes por la mayoría de los municipios segovianos.

Cartel de la Junta de Castilla y León modificado

Cartel de la Junta de Castilla y León modificadoAtalaya Castellana

Para muchos segovianos, este episodio sigue siendo una herida abierta. No porque quisieran independizarse ni por razones identitarias, sino porque fueron silenciados en un proceso donde otras regiones sí pudieron elegir. Segovia, una provincia sin tensiones nacionalistas ni chantajes políticos, fue obligada a integrarse en un proyecto común con el que, en ese momento, no se sentía identificada.

Aquellas prisas por cerrar el mapa autonómico convirtieron el proceso en un auténtico 'matrimonio forzado', como muchos lo definieron entonces. Se impuso una unión sin tener en cuenta la opinión de los pueblos, de los concejales y de los vecinos.

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