Iglesia de Santiago Apóstol de Villamorón referente del gótico burgales

Iglesia referente del gótico burgalésJavier Gallego

Una de las iglesias mejor conservadas de Europa está en un pueblo de Burgos con un solo habitante

El templo brilla tras una restauración galardonada que desafía el olvido

Situado en la vertiente septentrional de Castilla y León, se esconde una de esas paradojas que despiertan la imaginación y el asombro: Villamorón, un pequeño núcleo en la provincia de Burgos, que ostenta el curioso dato de contar con un único habitante permanente y, sin embargo, en su reducido casco urbano se alza una joya arquitectónica que desafía al tiempo. Esta localidad, que pudiese parecer insignificante a primera vista, guarda en sus calles el legado de una época en la que el arte y la devoción se plasmaban en cada piedra de sus templos.

La gran protagonista de este enclave es, sin duda, la iglesia de Santiago Apóstol. Considerada uno de los primeros templos construidos en estilo gótico en el territorio burgalés, este monumento se erige como testigo ineludible del fervor religioso y el audaz espíritu innovador de la Edad Media. Lejos de limitarse a ser un vestigio del pasado, su estructura se configuró como modelo para las posteriores edificaciones religiosas durante la reconquista, cuando los cristianos emprendieron la tarea de erigir templos sobre antiguos cimientos musulmanes. La trascendencia de este templo radica en su capacidad para conjugar la tradición constructiva con el simbolismo de una nueva era en la península.

En años recientes, la iglesia ha experimentado una labor de restauración impulsado por la Asociación de Amigos de Villamorón. Tal ha sido el resultado de la restauración que ha sido premiado por una asociación europea, Future for Religious Heritage (Futuro del Patrimonio Religioso), dedicada a la conservación de lugares de culto, quedando entre los finalistas del premio Innovador del Patrimonio Religioso del año 2024, y fundamentado en los cinco pilares del Marco de Acción de la Comisión Europea para el Patrimonio Cultural: cooperación, innovación, inclusión, resiliencia y sostenibilidad.

La restauración de la iglesia de Santiago Apóstol se ha convertido en un símbolo; un testimonio palpable de cómo el cuidado del patrimonio puede devolver la vida a un monumento amenazado por el abandono. Mientras las calles de Villamorón reflejan el dramático descenso de la población, consecuencia de la denominada «España vaciada», la iglesia se mantiene como la embajadora de una era en la que la fe y el arte confluyeron en la construcción de espacios de espiritualidad y encuentro. Cada detalle, desde la solidez de sus muros hasta la finura de sus arbotantes, habla de la maestría de los artífices medievales y del compromiso actual por mantener viva esa memoria cultural.

Detalle de una de las gárgolas que decoran la fachada de la iglesia

Detalle de una de las gárgolas que decoran la fachada de la iglesiaJavier Gallego

A pesar de encontrarse en un entorno de marcada despoblación, Villamorón demuestra que el valor de una comunidad no se mide solo en número de habitantes, sino en la riqueza de su historia y la fuerza de su patrimonio. La imponente silueta de la iglesia destaca en un paisaje en el que pocas casas aún se asoman tímidamente, mientras un solo residente se erige, casi en soledad, como guardián de un legado que trasciende generaciones. Esta situación invita a reflexionar sobre la necesidad de impulsar políticas y proyectos que inviertan en la revitalización de estos espacios, donde cada rincón tiene algo que contar sobre la historia profunda de Castilla y León.

El caso de Villamorón es, a la vez, una ventana a los retos que enfrenta la despoblación rural y una clara demostración de que, en el arte de la restauración, la pasión y el conocimiento pueden derrotar el inevitable paso del tiempo. La destacada labor realizada en la iglesia de Santiago Apóstol es un ejemplo de cómo, incluso en territorios olvidados por el crecimiento urbano, se pueden rescatar historias que encienden la chispa del turismo cultural e inspiran a futuros proyectos de recuperación patrimonial.

Uno de los rosetones de la iglesia

Uno de los rosetones de la iglesiaJavier Gallego

De la mano de este singular ejemplo, se vislumbra un futuro en el que la cooperación entre entidades locales y europeas pueda revertir el panorama desolador de las zonas rurales. La reinvención de espacios como Villamorón no solo revigoriza la memoria colectiva, sino que también sitúa al patrimonio como eje fundamental en la estrategia para contrarrestar la despoblación y la pérdida de identidad. Es, en esencia, una historia de resiliencia y esperanza, en la que un único habitante y una iglesia centenaria se confabulan para desafiar al olvido y reconocer el valor eterno del legado cultural.

En definitiva, Villamorón y su iglesia de Santiago Apóstol nos invitan a mirar con otros ojos los pequeños recodos de nuestro territorio, donde cada piedra y cada restauración galardonada cuentan historias de fe, arte y resistencia. Una lección de historia para quienes deseen descubrir que, a veces, lo más extraordinario se esconde en los lugares más insospechados, donde la soledad y la belleza se dan la mano para escribir la crónica de un tiempo inmemorial.

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