Vista de la localidad de Valderas, en León

Vista de la localidad de Valderas, en LeónMaría Alejandra Alonso García / Ayuntamiento de Valderas

El pequeño pueblo leonés famoso por su bacalao y sus bodegas en el que Begoña Gómez pasó parte de su infancia

Incrustado entre las provincias de Valladolid y Zamora, Valderas suma unos 1.500 habitantes, pero cuenta con un gran patrimonio e historia

Una entonces desconocida Begoña Gómez paseaba en bicicleta por las empedradas calles de Valderas, un pequeño pueblo leonés incrustado entre las provincias de Valladolid y Zamora. Allí, la mujer del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pasó parte de su infancia, sobre todo los veranos, hasta los 16 años. Mucho tiempo antes de que su relación conyugal con el secretario general del PSOE y, sobre todo, sus problemas judiciales, hicieran que saltase a la primera plana.

Gómez, aunque nacida en Bilbao, entierra sus raíces en tierras leonesas. Su difunto padre, Sabiniano –quien también gozó de infausto protagonismo a consecuencia de sus saunas–, es natural de Gordoncillo, y su madre, de Valderas, lo que hace que la relación de la mujer del líder del Ejecutivo sea estrecha. Allí se la conocía como «la pelela», en uno de esos típicos motes heredados. Y es que a su familia se la conoce como «los peleles» (tontos), como informó El Mundo.

Estos vínculos han hecho que el propio Sánchez haya visitado en más de una ocasión esta localidad que, pese a su tamaño, cuenta con otros vecinos 'ilustres', como es el caso de Leonardo Marcos, exdirector general de la Guardia Civil, salpicado por el caso Koldo, o caso PSOE. Pero este pueblo es mucho más que un nexo con personajes conocidos.

Es también un complejo bodeguero muy peculiar. Y es que posee una red de túneles en el subsuelo, con bodegas excavadas a gran profundidad, muchas familiares, que, en buena parte hoy ya no cumplen su función. Asimismo, se ha destacado por una oferta gastronómica centrada en el bacalao, pese a que el mar, no digamos ya los de Noruega, quedan bastante lejos. Ello no ha impedido que lugares como Casa Zoilo se hayan convertido en lugares de peregrinación para degustar este pescado.

Saqueado por las tropas de Napoleón

Con constancia documental desde el siglo XII, fue deudo del señorío de los Osorio y cuenta con un rico patrimonio fruto de la grandeza que tuvo en otras épocas. Destacan, por ejemplo, la iglesia de Santa María del Azogue, los arcos de sus murallas, el antiguo Ayuntamiento o el Seminario, donde se alojó Napoleón, en 1808, con motivo de la Guerra de Independencia. Sus tropas saquearon la villa, pero ello no impidió que en 2008 fuese declarada Bien de Interés Cultural (BIC).

La historia prosperidad del pueblo se debió a que durante las guerras civiles del siglo XIV, la villa apoyó a Enrique de Trastámara, primero, y después a su heredero, Juan I, quien le otorgó un privilegio reafirmado después por Felipe V, quien la eximió de tener que pagar tributos. Ya en los años 60 del siglo XX llegó a su pico de población, cuando alcanzó unos 4.000 habitantes, pero durante esa década y la posterior se produjo un éxodo masivo al mundo urbano, lo que trajo consigo su declive.

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