Las Paulinas y su librería, en Valladolid

Las Paulinas y su librería, en ValladolidArchidiócesis de Valladolid

Las Paulinas se marchan de Valladolid después de 73 años

  • Esta comunidad llegó en los años 50 y se va ante la ausencia de relevo generacional: «A veces nos movíamos en burrito»

  • Las dos hermanas mantendrán abierta su librería, «una institución» en la ciudad

Después de 73 años de presencia en Valladolid, las Hijas de San Pablo, más conocidas como Paulinas, cerraron el pasado 14 de octubre su comunidad. Únicamente quedaban ya dos hermanas, Fátima e Ignacia, de 88 y 89 años de edad, viviendo en su céntrico piso del número siete de la calle Angustias, apenas un portal más allá de su emblemática Librería, que mantendrán abierta en el número 5 de la misma calle.

Fue en 1952 cuando las Paulinas desembarcaron en la Archidiócesis de Valladolid, movidas por la convicción de su fundador, el beato Santiago Alberione, del papel de la mujer consagrada en la evangelización por medio de la comunicación. Y «¡qué casualidad!», explica a IEV la hermana Fátima, que «en 1953 ingresamos Ignacia y yo» en la comunidad «y somos nosotras dos las que la hemos cerrado». Dos años más tarde, en 1955, «abrimos» la Librería Paulinas, recuerda. Entonces, ella aún era postulante y la tienda se encontraba en otro local de la misma calle, donde hoy hay una joyería, pero se les quedó «pequeño», por lo que con el tiempo decidieron mudarse a su ubicación actual en el número 5 de la calle Angustias.

Entre libros, «propaganda» y películas

En su comunidad de Valladolid, llegaron a convivir cerca de una decena de Paulinas. Unas hermanas se encargaban de atender a los clientes en la librería. Otras, de lo que llamaban «propaganda», lo que las llevaba a visitar de casa en casa a las familias vallisoletanas, ofreciéndolas «buenas lecturas». «Esa propaganda era sacrificada», reconoce Fátima. Y es que, en aquellos tiempos, en Castilla «había pocos medios para ir de un sitio a otro», por lo que cuando había que desplazarse hasta los pueblos «a veces nos movíamos en burritos». Pero como su fundador las animaba a usar «todos los medios que la humanidad nos viene trayendo para el bien», también llegaron a alquilar películas de 16 milímetros. «En aquel tiempo me acuerdo que, como mínimo, teníamos a la semana 60 o 70 películas que salían a las parroquias», rememora.

Para Fátima, como para el fundador de las Hijas de San Pablo, la lectura «ha sido siempre muy importante». Y la Librería Paulinas «ha hecho mucho bien aquí», considera, por lo que la congregación ha decidido mantenerla abierta, aunque la falta de relevo generacional, debido a la escasez de nuevas vocaciones religiosas, no les haya permitido mantener también abierta su comunidad en Valladolid.

Su librería, una institución en la ciudad

Ahora son Mari Carmen, Ricardo y José Antonio quienes se han quedado al frente de la Librería Paulinas. «Una institución en Valladolid», afirma Ricardo, que lleva 13 años trabajando en ella como dependiente.

La despedida de las Paulinas de Valladolid, su hogar durante casi tres cuartos de siglo

La despedida de las Paulinas de Valladolid, su hogar durante casi tres cuartos de sigloArchidiócesis de Valladolid

Durante estos años las Paulinas les han estado formando «carismáticamente» para que el «espíritu» de la congregación perviva en la Librería tras su marcha. Porque «no es una librería cualquiera», remarca la hermana Fátima, sino «un centro desde donde se ilumina a los hombres» a través también de una programación estable que incluye conferencias y presentaciones de libros a cargo de los propios autores. Ricardo y sus compañeros recogen el testigo con «pena», pero también con «valentía». «Sabemos que ahora esto está en nuestras manos y que hay mucha gente que nos pide que estemos ahí», asegura Ricardo, que afronta esta nueva etapa junto a sus compañeros «desde la confianza en Dios».

A Fátima y a Ignacia las despidieron con una Misa de acción de gracias en la Iglesia Conventual de San Pablo, donde se hicieron presentes sus hermanos Dominicos, además de muchos fieles vallisoletanos.

Desde Madrid, su nuevo hogar, reconocen que les ha costado «mucho» dejar la ciudad y envían un mensaje a los vallisoletanos: «Os llevamos en el corazón». También en sus lecturas, pues han decidido seguir suscritas a la revista Iglesia en Valladolid que edita quincenalmente la Delegación de Medios de Comunicación Social de la Archidiócesis de Valladolid.

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