Zapatero se comunicaba con el empresario detenido con un móvil de prepago del que se deshizo tras reunirse con él

El expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se comunicaba con Julio Martínez, el empresario detenido por la Policía Nacional en la investigación por blanqueo de capitales de la aerolínea venezolana Plus Ultra, a través de un teléfono móvil de prepago del que se deshizo tras reunirse con él. Se trata del mismo empresario con el que mantuvo un encuentro clandestino en un camino de El Pardo (Madrid) tan solo 72 horas antes de que los agentes procedieran a su arresto. Tal y como ha podido saber El Debate, ese terminal formaba parte de un sistema de comunicaciones diseñado expresamente para evitar cualquier rastro de contacto entre ambos.

La documentación a la que ha tenido acceso este periódico acredita que Zapatero utilizaba dispositivos que le facilitaba Martínez. Se trataba siempre de teléfonos básicos, antiguos, sin conexión a internet y asociados a tarjetas SIM de prepago. Ese terminal era el único canal de comunicación entre el expresidente y el empresario. El día del último encuentro entre ambos, Zapatero entregó uno de esos teléfonos a Martínez para que se deshiciera de él una vez finalizada la cita. El dispositivo era un Nokia 3310, un modelo sin acceso a datos ni aplicaciones, elegido precisamente por su sencillez y por la dificultad de dejar rastro digital más allá de las llamadas de voz.

La utilización de este tipo de terminales no era puntual ni improvisada. Julio Martínez había establecido desde hacía tiempo un sistema de comunicaciones basado en la rotación constante de dispositivos. En concreto, el empresario manejaba una media de entre cuatro y seis teléfonos al mes, que utilizaba de forma simultánea y escalonada. Siempre operaba con los dispositivos de dos en dos. Cuando uno dejaba de usarse, no solo cambiaba la tarjeta SIM sino también el propio terminal, evitando así que se consolidara cualquier rutina de uso.

Todos esos teléfonos compartían una característica común: no estaban conectados a internet. Algunos contaban con una pantalla básica y otros ni siquiera eso, pero ninguno permitía el acceso a aplicaciones de mensajería ni a servicios de datos. Las tarjetas SIM asociadas a esos dispositivos tampoco figuraban a nombre ni de Zapatero ni del empresario, lo que añadía una capa adicional de opacidad al sistema. En el caso del expresidente, la mecánica era siempre la misma, ya que los terminales le eran facilitados por Martínez y retirados posteriormente siguiendo criterios estrictos de seguridad.

Además de esos teléfonos básicos, este empresario investigado por la Fiscalía Anticorrupción disponía de un terminal más moderno que utilizaba de manera muy puntual para determinadas comunicaciones. Ese dispositivo sí permitía el uso de aplicaciones de mensajería instantánea, pero cada vez que enviaba o recibía mensajes procedía a borrarlos de inmediato. El objetivo era que no quedara constancia alguna de sus conversaciones. En cualquier caso, ese terminal no era el que utilizaba para comunicarse con Zapatero, con quien mantenía contacto exclusivamente a través de los móviles de prepago.

Este sistema explica, en parte, por qué los investigadores no lograron intervenir todos los dispositivos que había utilizado el empresario. Cuando la Policía practicó la detención, tan solo pudo requisar una parte de los teléfonos de Martínez. Tal y como ha podido saber este periódico, manejaba más dispositivos de los que llegaron a ser intervenidos, ya que algunos habían sido retirados y eliminados con anterioridad. El uso simultáneo de varios terminales y la rotación constante dificultaron que los agentes pudieran reconstruir por completo el histórico de comunicaciones.

Hubo un borrado de datos

En los días previos a su arresto, Martínez intensificó esas medidas de autoprotección. Los investigadores detectaron que había borrado mensajes y correos electrónicos y que había reducido al mínimo su actividad digital. La Policía tenía previsto practicar las detenciones tras el periodo navideño, pero la aparición de indicios compatibles con una posible fuga de información llevó a adelantar la operación. Esa decisión se tomó, precisamente, al presumir que el empresario podía estar destruyendo pruebas y deshaciéndose de dispositivos.

La investigación policial y judicial sitúa a Julio Martínez como una figura clave en el entramado económico que rodea a Plus Ultra. Durante la pandemia, se reconvirtió en bróker aéreo, actuando como intermediario en operaciones de transporte aéreo de pasajeros y mercancías a través de sociedades como Voli Analítica SL y Análisis Relevante SL. Esta última figura formalmente como una consultora dedicada a servicios de asesoramiento y elaboración de informes estratégicos, aunque los investigadores sostienen que pudo haber sido utilizada como pieza instrumental dentro del esquema financiero bajo sospecha. Esta última compañía aparece, además, como cliente de What The Fav, la agencia de comunicación fundada por Alba y Laura Rodríguez Zapatero, hijas del expresidente del Gobierno.

Julio Martínez fue detenido junto al presidente de Plus Ultra, Julio Martínez Sola, y el consejero delegado, Roberto Roselli, en el marco de una causa que investiga una presunta trama internacional de blanqueo de capitales con ramificaciones entre España, Venezuela y Francia. Los investigadores analizan movimientos financieros, desvío de fondos y operaciones vinculadas al tráfico de oro, así como la triangulación del dinero procedente del rescate público. Tras pasar a disposición judicial, los detenidos quedaron en libertad provisional, con retirada de pasaporte, prohibición de salir de España y obligación de comparecer periódicamente ante el juzgado. La investigación continúa abierta y una de las líneas de trabajo se centra ahora en reconstruir las comunicaciones que, como en el caso del sistema de móviles de prepago, fueron diseñadas para no dejar rastro.